El ruido del exterior era demasiado para NamJoon. Estaba aturdido, se sentía perdido. Tenía ya tiempo caminando sin rumbo fijo.
Aunque tarde o temprano regresaría. Estar fuera, huyendo, era algo que ni él se creía. Solo un arranque.
SeokJin no llegó temprano, no hubo explicación ni mensajes. Él solía rogar con varias llamadas que terminaban siendo ignoradas, pero esa vez no pudo.
No se sentía listo, ni para verle, ni siquiera oír su voz o tener noticias por mensaje.
Y estaba seguro que era lo que le esperaría: SeokJin llegaría, quizá con sus flores favoritas o un pastel de moca y fresas. Como si nada pasara, con esa sonrisa bonita fingida.
Volvería a caer, sería tonto de nuevo. Su necesidad de SeokJin era mayor que el dolor corporal, que el de las quemaduras en sus manos y estómago.
Pero era diferente. Se sentía tan miserable que creía no ser capaz de volver a sonreír en un buen tiempo. Entonces, si SeokJin llegaba él no podría fingir, no lo podría complacer. Ya se había cansado de llorar en la habitación, de lavarse el cuerpo sin descanso, la sensación de podredumbre no lo dejaba.
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Sucio, indigno, basura.ㅤㅤ
Quería correr muy lejos.ㅤㅤ
Pero seguía creyendo que necesitaba a SeokJin muy cerca para sobrevivir.Era su culpa, se decía. Debía serlo. El culpable era él. No era suficiente, solo tonto.
En las calles solas y frías de Seúl seguía llorando. NamJoon era un niño perdido con el corazón apretado. Por dolor, después por el miedo de no alcanzar a regresar antes que el mayor.
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Debía volver.ㅤㅤ
Volvería, pero necesitaba algo de tranquilidad. Un escape mental.ㅤㅤ
—Qué haces ahí. ¿Pasa algo?
Una voz grave y aparentemente desinteresada le sacó del ensimismamiento, después una risa muy leve. NamJoon veía por el cristal, pero esa intromisión arrancó su atención.
—Pareces un pequeño adolescente que se ha escapado de casa y está por ahí esperando a un mayor que le compre alcohol. —Inclinó levemente la cabeza, después tomó aire por la boca en una expresión de desaprobación, aunque podía notarse claramente que era en broma—. Pero, no eres menor, pareces mayor que yo. ¿No hablas?
Estaba curioso, bastante. NamJoon había estado buen tiempo fuera de esa tienda de conveniencia. Con la mirada inerte y sin atreverse a entrar.
—Ya sé, tú necesitas una de estas. —Volvió a hablar. El desconocido traía una bolsa llena de latas de alcohol, así que la agitó, después sacó una de adentro y la extendió a NamJoon—. Min YoonGi —dijo como presentación.
La desconfianza en NamJoon fue notable, pero el tipo pequeño no se veía de ninguna manera como una amenaza, aunque vestía como un vago, era chiquito y de sonrisa curiosa.
—NamJoon. —Tomó la lata, entre su duda. Él mismo quería comprar alcohol o meter cualquier cosa a su organismo, pero el terror de la reacción de SeokJin le detenía. Lo pensó, pero el otro hombre le incitó, abriendo él mismo una lata y debiendola después de decir «salud».
—Entonces, NamJoon ¿Verdad? —Recibió un asentamiento—. Qué hace un joven como tú fuera de casa en una noche tan fría.
NamJoon encogió sus hombros y bebió un largo trago de esa cerveza barata. Hizo una mueca de desagrado por el mal sabor y Min rió porque le parecía divertido.
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Look what you made me do · ﹝ᴊɪɴɴᴀᴍ﹞
Fanfic❝NamJoon podía sufrir por la noche, maldecirlo sin cansancio en la madrugada, pero volvía a amarlo por la mañana❞. ▭▭▭▭▭▭▭▭▭▭▭▭ ❖Two shot ❖Violencia ❖Angst ❖Namjoon bottom