Yugular Boh.
Matar a alguien no es tan complicado, la televisión puede exagerar un poco las cosas, lo realmente difícil, es dejar de hacerlo.
Esta soy yo, tengo 20 años, mi nombre no es tan importante como el porqué estoy encerrada en un baño, y la razón por la que pronto iré camino a mi muerte, la inevitable, y sobre todo humillante derrota. Después de haber sido de quién todos hablaron, a quién todos temieron.
Todo comienza con una niña "normal", aún no logró entender bajo que fundamentos puedes ser "normal" ó "anormal", pero según los regímenes de la sociedad, me consideraba una niña normal. Nací y crecí en Wisconsin, tuve a mis dos padres siempre a mi lado, nunca me faltó nada, amor, dinero, valores.
Estudié en la mejor escuela de Wisconsin, al mismo tiempo que avanzaba en mi carrera comenze a notar algo extraño en mi ya que estudio psicología fui prácticamente mi propia terapeuta, y algo no iba bien, de niña no recuerdo haber llorado, ni una sola ves. Concluí secundaria sintiendo una grave apatía por la gente, entré a la Universidad, conseguí una beca en Houston y la verdad no me importó dejar mi hogar, y no era de las mejores universidades, esto creo una fuerte negativa en mis padres ante mi deseo de aceptar viajar.Sin un previo aviso comenzé a empacar para emprender camino, ellos se negaron alegando que en Wisconsin habían muy buenas universidades y para ese entonces tenía yo apenas 19 años.
- ¿Cuál es tu afán de irte?.
Repetía mi madre en un tono sumamente irritante. Con su voz tan "elegante", con la misma que adoraba humillar a los demás.
Decidí por primera vez en mi vida confrontarla, mi padre en mis años de vida núnca había formado parte de alguna discusión para conmigo.
Y cuando ese recuerdo frenó mi ímpetu de continuar la confrontación con mi madre, se unió a la mi memoria que papá desde que yo era niña conservaba un arma en el cajón de su estante así que le pedí a mi mamá un segundo. No supe realmente que sentí en ese momento,pero, cierto nivel de calor abordó mi espalda y sólo subí con mucha calma, busqué y baje con el arma, era una Sullivan calibre 24, procedí a dispararle en 13 ocasiones a mi madre a la cabeza, mientras que mi padre, alejado de nuestra pequeña pelea, al escuchar las detonaciones corrió hacia nosotras, al mirar a mi madre tirada en el suelo con la cabeza desecha me miró con lágrimas en los ojos y pregunto ; "¿¡quien lo hizo!?", yo sólo me acerqué a él y toqué su rostro mientras le sonreía y le dije ; "te amo papi, espero que estés orgulloso de mi", saqué un cuchillo que traje de la cocina, y se lo clave en la garganta antes de que pudiera reaccionar, lo saqué y lo volví a clavar en el mismo lugar, lo hice de nuevo cerca de 4 veces más y mientras su mirada se perdía entre un mar de dolor y sangre le sonreí de nuevo y le di un beso en la frente.Tardé un par de horas mirando los cadáveres, ¿¡que estupidez acababa de cometer!?. Sentada en el suelo, junto al charco de sangre, sólo miré mis manos, limpié mis manos y empaque mis cosas, tome un autobús a lo que sería mi nueva vida como estudiante, cargué con los cadáveres de mis padres ya que no podía dejarlos ahí, pronto levantarían sospecha.
Nadie notó que cargaba con dos cuerpos entre mis bolsas puesto que tomé las medidas necesarias para ocultar olor, rastro y cualquier seña que me delatara, claramente corté en piezas estratégicamente ubicadas en cada compartimento de las maletas los cuerpos, el viaje no era tan largo así que lo hice en autobus. Recién llegada allá y ya con mi propio cuarto desempaque las cabezas de mis padres y me fabrique una máscara con la piel uniendo de un extremo la de mi mamá y al otro la de mi papi, esta máscara la guarde con mucho amor para la buena suerte, lo que no sabía era que me sería tan útil después.
Han escuchado la frase que la inteligencia le gana a la fuerza ¿cierto?, pues yo soy la mejor prueba de que así es.
Al terminar mis clases me gustaba salir de noche a dar una vuelta por el campus y es increíble como había tantas personas que también lo hacían, estaban ahí, tan solos, tan expuestos. Debo ser sincera, también necesitaba calcular bien donde ocultaria los pedazos que no podían permanecer mucho tiempo en mi habitación. En mi décimo día de llegada, sentía una necesidad enorme de asesinar a alguien más, no puedo explicar el porque de esto pero, ese calor que invade mi cuerpo era casi adictivo, así que salí a dar un paseo por la noche, me oculte tras unos árboles y no pasó mucho tiempo para que alguien caminara por ahí, una chica iba cruzando, tal parece que hacía un poco de ejercicio nocturno y me lancé a ella por la espalda, le cubrí la boca y le clavé una vieja navaja que era de mi padre, primero se la clave en la garganta, ella no podía gritar ya que se estaba ahogando con su sangre así que lo hice unas 30 veces más por todo su lindo rostro, luego por su pecho, la arroje al suelo y le corté los dedos, luego continué apuñalandola por sus piernas hasta que lograra gastar toda la energía que tenía por dentro, una y otra ves le incrustaba aquella navaja hasta que mi cuerpo deceara detenerse. Me levanté, tomé mi navaja y me retiré a mi cuarto a dormir como si nada hubiera sucedido.
A la mañana siguiente fue primera plana en noticieros, periódicos, en la radio y en internet ;
"Loco asesina a joven estudiante de una manera salvaje".
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Yugular Boh
Short StoryEl deterioro en la salud mental, desde su infancia, en una niña desencadena en la formación de una asesina en serie.