Capítulo 4

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 Abrí los ojos lentamente. Sábado por la mañana. Había quedado con Nash. Me vestí y bajé a desayunar, encendí la cadena de música para poner un disco de Green Day. Subí el volumen hasta que me empezaron a doler los oídos. Después de tomar un vaso de leche, me peiné, me maquillé y por supuesto cogí mis gafas de sol ya que mi moratón aún no había desaparecido.

Llegué a casa de Nash y este salió enseguida con su cachorro de dálmata. Por eso quedábamos, para pasear a su perro. Fuimos a un parque y lo soltamos para que jugara un poco mientras dábamos un paseo y hablábamos.

-¿Por qué no querías quedar ayer?- me preguntó.

-Seguro que no te crees con quien estuve- miré al suelo y sonreí.

-No soy adivino.

-Estuve con Luke, quería la revancha por la carrera del sábado pasado pero obviamente perdió-me miró con los ojos muy abiertos.

-¿No lo odiabas?

-Y lo sigo haciendo, pero era demasiado pesado y al final acepte- me empecé a reír por las caras que ponía.

- Bueno, pero ya no quedareis más ¿no? Quiero decir, ya ha tenido revancha.

-La verdad es que como él eligió el primer circuito yo le dije que también quería elegir. Así qué esta tarde hemos vuelto a quedar.

-Realmente no te reconozco, nunca quedas con nadie excepto conmigo- su cara de asombro cambio para ponerse mas seria- ¿No será que te gusta estar con él?

-Lo único que me gusta es demostrarle que soy mejor que él.

-Bueno ya sabes los celos.

-Eres un idiota.

-Pero me amas.

-Cállate.

Después de esa conversación solo hablamos de estupideces. Al volver a mi casa me preparé algo de comer. Ya llegaba la hora así que me empecé a arreglar. A las 17:30 yo ya estaba en el circuito esperando a Luke. Había elegido un circuito abandonado a las afueras de Melbourne. Pasados unos minutos su coche estaba delante de mí. Dio una vuelta para ver cómo era y cuando termino la vuelta se bajo de su coche y se acerco a mí.

-Bueno nena esta vez tu cruzaras la meta detrás de mi- me guiñó el ojo.

-Ya lo veremos- me metí en el coche evitando una conversación.

La carrera fue igual que la anterior. Esta vez hicimos tres vueltas, estábamos en la última. Acababa de adelantar a Luke y solo quedaba una curva para acabar. Solo que esta vez algo cambio. Él cada vez estaba más cerca de mí. No pude hacer nada para evitar que en esa última curva me adelantara. Ganó. Maldecí a todo ser viviente en mi cabeza. Al aparcar él bajo riendo de su coche. Odio perder.

-Te dije que esta la iba a ganar yo.

-Sigo teniendo una victoria más que tú- sonreí cínicamente.

-Bueno, podemos decidirlo todo en la carrera de esta noche.

-Bien-me giré para irme porque si seguía hablando con él lo mataría.

-Espera-me paré- aún no tengo tu teléfono.

-Ni falta que hace-lo miré y puso cara de cachorrito- si ganas esta noche lo tendrás ¿sí?

-Claro- una sonrisa se dibujo en su cara.

Al entrar a mi coche apoyé la cabeza en el volante y sonreí sin razón.
Llegué a mí casa. Miré mi teléfono y había como diez llamadas perdidas. Después de llamar a ese número me dijeron que era el hospital, mi padre había tenido un coma etílico y estaba ingresado muy grave. Fui lo antes posible. Me iba a quedar a dormir allí por lo que le mande un mensaje a Nash para decirle que no iría a la carrera de esta noche y él lo que hizo fue venir al hospital para estar conmigo. No sé qué haría sin él. Me dejaron entrar a ver a mi padre, tumbado en la camilla conectado a varias maquinas. Aunque me tratara como a una mierda, era mi padre y me dolía verlo así. Estuve con Nash hasta las doce, sus padres estaban muy preocupados y yo le dije que no hacía falta que se quedara. Media hora más tarde después de que él se fuera mi teléfono recibió un mensaje.

‘‘¿Dónde has estado esta noche? Te he echado de menos. ''

Adrenaline ||Luke Hemmings ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora