Louis se aclaró la garganta.
-¿Louis? – murmuró el presidente.
-¿Me mando a llamar, señor? - preguntó rigiendo bien su cuerpo. Con compostura.
-Sí, sí…ven pasa.
Abrió un poco más la puerta, y entró. Bajo la cabeza, sin querer ser indiscreto. El presidente, aquel hombre con problemas, fumaba aquel Derby, disfrutándolo al máximo.
-Un avión vendrá por ti, hoy. – habló por fin. Mirando a la ventana.
-¿Para qué, señor?
-Te irás. Lejos. – se volteó para mirar su expresión. Le jodía que Louis lo dejara. Era el mejor recluta que tenía. – estamos en guerra, Tomlinson. Mi familia corre peligro y…
-Tengo que quedarme, señor. Sabe que me necesitara. – Louis golpeó la madera maciza de la mesa. Fuerte.
-No, no…está bien. Sé que quieres cumplir con tu deber. Pero yo podré con esto solo. Te necesito para otras cosas, Louis. – tragó saliva. Asustado, y afligido por todo lo que ahí estaba pasando. – necesito que cuides a mi hija--------------------------------------------------------------------