Después de un baño, un buen café, y una buena película de alto calibre, para olvidarse de todo, ____________ se acostó sobre su cama. Louis tocó su puerta. ____________ abrió de inmediato.
-¿Duermes? – le preguntó. Pegado al borde de la puerta. Traía el cabello despeinado, como siempre en realidad, ____________ sonrió.
-No puedo. – apretó sus labios.
Louis la miró de pies a cabeza, sin que ella pudiera notarlo, Dios mío…____________lo deseaba, y él andaba como un idiota rechazándola. Sin mencionar lo mucho que también deseaba hacerlo con ella. Relamió sus labios. Por un momento quiso desnudarla, como antes, observar ese precioso cuerpo para él, y solo para él. Tenía tantas de ganas de besar su cuerpo, pero más que nada…de probar eso que aún no probaba, de sentir su sexo arropando el suyo, de llevarla a sentir ese inmenso placer que él sentía con solo mirar.
-¿Louis? – preguntó ____________. No era tonta. Y sabía perfectamente lo que Louis miraba.
-Ah…sí…- despertó él. - por cierto, había olvidado decirte que tu padre llamó hoy _____________.- le dijo serio. Otra vez, quería ser el mismo de antes. El que podía tener el control.
-Oh Dios… ¿y como está? – preguntó ella, realmente emocionada.
-Bien, sí…bien, dice que no hay nada nuevo, que todo sigue igual. Me…me preguntó por ti, y también dijo que pronto todo volvería a la normalidad. – la miró a los ojos, tal vez ella no podía entender el mensaje que Louis le estaba dando. Que no quería que acabara, que no quería que las cosas volvieran a ser como antes.
-¡Eso es buenísimo! – se abalanzó a abrazarlo. Y él…él también lo hizo. De pronto ____________ levantó su rostro hasta al de él. Quedando a pocos centímetros de sus labios, de su boca, de aquel aliento que ya había probado, y que hasta las partes más sensuales de su cuerpo habían sentido. __________ se inclinó un poco más para besarlo, logrando atrapar tan solo una fracción de segundo los labios de Louis.
-_________________, no. – se apartó él. __________ lo miró confundida. – ya te dije que no quiero que esto siga pasando.
Ella desestrezó los brazos.
-Pensé que eso ya estaba arreglado. – lo miró a los ojos. Y en realidad era irónico que después de tan buena ducha, él siguiera negándose. - … ¿Por qué tiene que ser así? – susurró, sobando sus manos sobre el torso de Louis. Se inclinó en un pié, para besarle los labios de nuevo, Louis se apartó.
-No. – le dijo serio. Aguantándose intensamente aquellas ganas de besarla, como hace unas horas. – se acabó __________. No quiero que sigas con este jodido juego.
-¿Juego? – preguntó ella. Ofendida. – Louis este no es ningún juego, me gustas…te lo dije. – se volteó, el corazón empezaba a salírsele de órbita. – eres tú…tú el que está jugando. – una vez más volteó a verlo, enfurecida. Y sí, creía eso, que Louis jugaba, con ella y con ese sentimiento que ella empezaba a sentir por él. Pequeño, pero que cada vez se hacía más fuerte.
-Nunca haría eso.
-Lo estás haciendo ahora. – sus ojos empezaron a humedecerse. Louis era el único que podía hacerla llorar, sentir de esa manera.
-______________...- susurró él.
-Déjame. Sí, ya entendí. – entró a su habitación. Miró por última vez a Louis, Dios…jamás llegaría el día en el que entendería su razón. Lo quería. Sí, sí…¿Por qué no? Le gusta muchísimo. Y él ni siquiera parecía demostrarlo. – no volveré a molestarte. – ______________ cerró la puerta, en las narices de Louis. – nunca más.
Louis observó la puerta cerrada justo en frente de sus narices, adentro…la mujer que lo había hecho perder la noción por un buen tiempo. No quería más distracciones, lo estaba cagando todo, el trabajo, la misión, pero algo que había dejado joder aún más…era su pequeña, pero intensa relación con ______________.