Aquí estoy, tumbada en mi cama, mirando fijamente a un punto inexistente en el techo de mi habitación, pensando en todo lo que había ocurrido en estas últimas horas, no paraba de pensar en todo lo que había ocurrido en estas últimas horas, lo único que ocupaba mis pensamientos ahora era Fer ¿Por qué? No lo sé solo lo hacía y ya está. ¿Será que...? ¡No! Cate ¡No! Solo amigos.
El día siguiente llegó, entré a la escuela, un poco más desorientada como es de esperar de mí, pero bueno, creo saber la razón.
Entré a mi salón como siempre, todo estaba normal, por ahora... Aunque, en realidad hoy ni siquiera hay clases, todos están bastante distraídos y encerrados en su mundo, por supuesto no me excluyo a mí, me llaman Cate la distraída, el caso todos están más en las vacaciones que en la escuela, así que básicamente en todas las clases sólo hacemos tarjetas de navidad para los demás compañeros, yo hice algunas, pero la verdad es que no las pienso entregar, sólo la de Fer, ya que es una costumbre entre nosotros desde que nos conocimos hace 5 años, además se me hace muy grosero de mi parte no darle nada.
El día pasó normalmente como siempre, o para mí aburridamente, hasta que llegó la hora de la salida, ¡Genial! Ahora tendré que ver a la persona que ha estado invadiendo mis pensamientos últimamente, aunque al decir verdad no me molestaría verlo, de todos modos lo haré ya que como nuestros hogares están un poco apartados de la zona de la escuela, Fer y yo nos quedamos aquí, hasta que todos ya se han ido, solos y con algunos maestros sin vida privada, hasta que lleguen por nosotros.
-¡Hey! ¿Qué tal?- Bueno creo que hoy está de buen humor.
-¡Hombree...! ¡Hola Fer!- A ver puede que esté aburrida, pero no soy tan mala gente como para tratar mal a personas que no tienen nada de culpa, especialmente si se trata de mi mejor amigo.
-¿Ya te has despedido de todos, ya sabes por lo de las vacaciones en Londres y todo eso?
-Sí, bueno sólo me faltas tú- Dije esbozando una tímida sonrisa, ¿Tímida, de que estoy hablando?
-Bueno, pues cuando usteh quiera señorita Matthews- ¡Ja! Siempre tan bromista él.
-Es que eres tonto- Dije entre risas- Ven acá – Después de eso le di un cálido y gran abrazo que obviamente me fue correspondido.
-Te voy a extrañar- Dije.
-Yo igual, pero no es que no nos vayamos a volver a ver nunca ¿O sí?- Dijo todavía abrazándome.
-Por supuesto que no. –Lo terminé de abrazar y al mirarnos sonreímos al mismo tiempo.
Después vi que Fer desviaba la mirada para atrás de mí, y voltee a ver qué sucedía, y es que Fer vio a mi madre ya esperándome afuera y seguramente hubiera visto toda la “escena”.
-Bueno, supongo que Adiós- Dijo algo triste.
-Sí, adiós.
-Recuerda traerme un recuerdo de Londres- Dijo esperanzado.
-Por supuesto que sí, no lo olvidaré- Al oír lo anterior, solo sonrío como un niño pequeño.
-¡Adiós, Cate cuídate!
-¡Sí y tú!- Me subí al auto para irme de ahí, con una sonrisa tonta pintada en el rostro ¿Tonta, por qué? No lo sé, y prefiero no saberlo.
Llegué a mi casa y en lo primero que pensé hacer fue ir a la computadora a viciarme, pero justo cuando iba a entrar a mi habitación mi padre me detuvo.
-¿A dónde vas tan apresurada jovencita?- ¿En serio? ¿Ni en vacaciones me dejarán en paz?
-Sólo iba al ver la computadora.
-Bueno pues después harás eso porque ahora nos ayudarás a mí y a tu madre a ordenar las maletas.
-¡Ash! Bueno- Es que no es normal. No me pueden dejar en paz.
Bueno y así pasó toda la semana, ordenado esto, sacando aquello, hasta que por fin, ahí estaba yo, sentada en un asiento de avión esperando a que aterricemos en Londres.
Aquí vamos...
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-Subido el 15/nov/2014 a las 1:06pm
-672 palabras
-Sofía
