[Pídeme Que Me Quede]

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Todo tiene un límite.

    Eso es lo que Park ChanYeol piensa mientras da la vuelta y va dejando tras de él, a cierto chico rubio que no se mueve, no llora y ni siquiera lo mira.

    Siente una punzada en el corazón cuando llega a la salida del instituto y no hay nadie que le impida marcharse.

    No irá de nuevo, se dice, no irá a buscar a BaekHyun otra vez, porque está cansado de entregar su corazón a alguien que parece no importarle.

    ¿Por qué BaekHyun?

    ¿Por qué, de todas las personas que alguna vez le habían interesado, tenía que enamorarse de él frío e inalcanzable corazón de Byun BaekHyun?

    ChanYeol sube a su motocicleta y suelta un suspiro, porque si no lo hace, está seguro de que va a ponerse a llorar.

    Enciende la máquina pero no arranca y joder, está tan malditamente molesto, ya no es sólo tristeza, ahora es una especie de fastidio, y que no pueda ni colocar la llave correctamente en la puta motocicleta sólo hace que su humor se vaya más rápido a la mierda.

    —¡Puta mierda, maldita basura! ¡¿Por qué no arrancas?!

    Y entre sus quejas suelta una patada a la motocicleta, con frustración y con odio.

    Se da un respiro y se sienta en la banqueta, hasta que JongDae llega con una bolsa de papas fritas entre sus manos y le enseña las llaves de su auto.

    Se va con su amigo.

    Mientras tanto, un callado BaekHyun regresa por sus cosas a su salón, sin expresión en su rostro y tan calmado como siempre.

    Llega a su hogar y se encuentra con su madre en la cocina.

    La mujer lo saluda con alegría y BaekHyun le sonríe con una tristeza que su progenitora nota al instante, pues su hijo nunca ha sido muy bueno expresando sus sentimientos, así que cuando lo hace es jodidamente obvio.

    —¿Qué pasa cariño?

    BaekHyun se rasca la nuca y suelta un suspiro.

    —mamá... ¿Qué está mal conmigo?

    Lo dice y el rubio siente una opresión en el pecho que no sabe como aliviar.

    Tiene ganas de llorar pero no lo logra, no puede y eso provoca que quiera gritar, pero tampoco le sale.

    Su madre no dice más, no pide explicaciones y lo mira con tristeza, se acerca a su hijo y lo abraza, aún sabiendo que BaekHyun no llorará y que no le corresponderá el gesto.

    Porque su bebé es así.

    —Nada, nada, Cielo, nada está mal contigo.

    BaekHyun se limita a acurrucar su cabeza en el pecho de su madre y se queda ahí, hasta que siente que su dolor ha parado.

   Sólo, por un momento.

   




Oh, Wendy, la tan linda, brillante y querida Wendy.

    ¿Por qué siempre eres tú quien desata el caos en la cabeza de BaekHyun?

    —Entonces, la actividad sugerida para antes de salir de vacaciones, es un intercambio navideño al azar.

    Algunos de sus compañeros están de acuerdo, BaekHyun está incluido, pero hay cierto gigante en la parte trasera del salón que levanta la mano y se gana la atención de todos, BaekHyun NO está incluido.

No pienso besar a Park ChanYeol  II ChanBaek IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora