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Con un un gemido de dolor abandono aquella casa, recordar cada grito, sollozo y golpe era lo que lo impulsaba a salir, a entrar en el auto y no devolver la vista.

Aquella era la casa de un gran y doloroso amor, aquel donde encontró a alguien que lo amara como era, a alguien que lo odiaba por la misma, encontró calidez y frialdad.

Condujo por todo Ottery St. Catchpole hacia las afueras, lo más rápido que podía en el Chevrolet Camaro de su padre, aquel que le fue heredado a los 18 años y que ahora era su salvación.

Llego a la cabaña de verano, en donde se encontraba su amigo, Ron, este lo esperaba en el porche. Cuando lo vio bajar con su maleta, los ojos rojos y lágrimas bajando por sus mejillas, corrió a su encuentro y lo abrazó con todas sus fuerzas.

La calidez del abrazo terminó con todas sus barreras, tiro al piso su chaqueta y maleta, le devolvió el abrazo llorando con fuerza.

Ninguno de los dos hablo, ni siquiera cuando Harry se calmó, ni cuando Ron tomó sus cosas y lo dirigió a una habitación, ni cuando se volvieron a abrazar echados en la cama y Ron vio un moretón en su cuello. Ambos se quedaron en silencio, hasta dormirse.

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—Como está? -Hermione llegó a la mañana siguiente.

—Ha dormido en todo el día -se alejó de la puerta sin cerrarla- Ese maldito le dejó moretones y cortes.

La castaña se cubrió la boca con horror, quiso entrar a verlo pero el pelirrojo no le dejó, ambos se pusieron a hablar en el pasillo, sin saber que eran escuchados por el pelinegro.

Pararon su conversión al oír un sollozo estrangulado y luego otro. Entraron con cautela para ver al pelinegro sentado en la orilla abrazándose a si mismo en busca de protección.

—Oh Harry -Hermione lloraba abrazando a su amigo. Se les sumó Ron.

Ambos amigos esperaron a que estuviera más tranquilo, la castaña al ver que ya dejo de sollozar lo soltó y se acercó a la mesita, con las manos temblorosas sirvió té y se sentaron en el piso viendo hacia el oji-verde.

Harry comenzó a relatar, una vez terminado el té, como empezó todo.

Como con palabras dulces, con salidas sorpresas, regalos que le llenaban de ternura y promesas de amor, lo fue enamorando. Como con el pasar de los meses su actitud se volvía más fría y distante, lo justificaba con que tenía un montón de trabajo, con que ya casi no se veían para otra cosa que no fuera dormir, pues se mudaron juntos luego de 5 meses de relación.

Como cuando al cumplir 7 meses de relación había nuevas facetas que conoció de Brian, como paso de recibir besos vespertinos y caricias amorosas a palabras sarcásticas que poco a poco le bajaban el autoestima, a golpes "accidentales" que después eran disculpados con juramento de no volver a hacerlo.

Que cuando trato de defenderse una vez, el lo dejo pasar hasta que fue de noche y en vez de hacer el amor, lo inmovilizó y con sus manos le marcaba el cuerpo, paso más veces de las que quisiera, pero solo lo detenía cuando la sangre brotaba de sus heridas.

Ellos escuchaban con horror y enojo, como les relataba todo. Con pausas para respirar y no llorar, abrazándose sin poder mirarlos, por la vergüenza de no haber sido más fuerte.

Como lo vigilaba desde lejos, siendo policía le era fácil amenazar a alguien para mantenerlo vigilado, para deternelo en pedir ayuda, las pocas veces que veía a sus amigos, siempre veía a una persona observándolo, analizándolo. Una vez trato de pedir ayuda a Luna, pero ese chico le advirtió "si no quieres que ellos y tu salgan lastimados, no vuelvas a hacer eso" . Trato de mandar un mensaje a Ron, pero el mismo chico le dijo "tu te lo buscaste". Al día siguiente no pudo mover su cuerpo de lo magullado que estaba.

Promesa Eterna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora