→ DÍAS DE LLUVIA ←

『 3 』

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Su habitación está a oscuras, principalmente porque no están encendidas las luces. Kuroko otra vez estaba profundamente centrado en su mente, pensando acerca de su salida con Akashi.

La relación con el pelirrojo tras todo lo sucedido había ido mejorando sin obstáculos, tanto el uno como el otro se apoyaban y dependían con todo corazón. Para Kuroko no hay mejor noticia que eso, ya que tras tanto tiempo ha podido reconocer que siente algo más que admiración y amistad por Akashi.

De repente el timbre de su casa suena, ve la hora y casi sale corriendo. Bajo las escaleras se escucha cómo su madre se dirige a la puerta y la abre, exclamando un bienvenido al pelirrojo.

—Mi hijo está arriba, si quieres le llamo para que baje. Ya me contó de que hoy ibais a reuniros, espero que esté preparado, ya sabes, es un poco despistado. —Por poco Kuroko salta por las escaleras solo para decirle a su madre que no diga tanto, pero suerte que se aguantó y bajó los escalones aparentando tranquilidad—. ¡Ah mira! Si está ya preparado incluso. Cariño mío, tu amigo ya está aquí.

Después de que su madre le deseara toda la buena suerte de este mundo, le dio un paraguas por si llovía. Kuroko sale de su casa despidiéndose de su progenitora y con una sonrisa apenas visible saluda a Akashi, pidiendo disculpas por la tardanza.

Los dos avanzaron en la ciudad como amigos, charlando de todo lo posible. Pasaron dos horas paseando por toda la zona central, para después encontrarse con que tienen ambos hambre, entrando al primer lugar que encontraron para comer algo. Satisfechos quedaron tras la comida, quisieron un breve descanso para esas horas. Por más divertido que haya sido todo, sigue siendo algo agotador.

Sentados en el parque hablan tranquilamente, con un agradable ambiente entre ellos. Todo parece ir de maravilla, tanto para el peliceleste como para el pelirrojo. Cuando de repente una gota de agua se le cae encima a Kuroko, justo en las pestañas. Akashi al ver eso acude a ayudarlo, pero también recibe una gota en la mano. Como acto natural levantan la cabeza, viendo cómo el cielo comienza a nublarse rápidamente, tapando el sol al completo.

Algo horrorizados intentan correr hasta un sitio donde protegerse, pero antes de salirse del parque Kuroko se acuerda de que tiene un paraguas entre las manos. Tan rápido como puede lo abre, dejando a los dos ciertamente libre de gotas de lluvia. Aliviados se miran, sonríen y terminan riéndose de algo que ni ellos saben el qué. Las personas que estaban en el parque anteriormente se van con prisa, dejándolos solos en el mismo lugar.

De un momento para el otro, pararon de reírse a la vez, mirándose bajo el mismo paraguas.

En ese instante, en los ojos de cada uno, solo había el otro. Más bien dicho, solo cabía el otro.

Quizá fue la ocasión lo que le dio valentía a Akashi, o quizá fue Kuroko quien definitivamente se quedó perplejo y perdido ante el color de los ojos de Akashi, mirándolos sin intenciones de parpadear por las ganas que tenía de abalanzarse sobre él con todas las fuerzas posibles. Y sin prevenirlo, Akashi respira hondo e intenta decir todo lo que tenía preparado para hoy.

Aunque tras un breve momento lo duda, teniendo en cuenta que quizá es mejor ser sencillo en decir las cosas. Y así lo fue.

—Tetsuya, ¿quisieras estar conmigo?

Eso fue lo último que escuchó Kuroko antes de sentir todo tipo de sonido desaparecer. No sabe con qué expresión se ha quedado tras esa declaración, con toda posibilidad tiene la boca abierta al más no poder como lo estarían los ojos. Apenas un segundo después comienza a oír sus latidos, cada vez más rápidos, cada vez más precipitados, como si su corazón quisiera salir saltando de su pecho para demostrar que sus nervios realmente están al máximo. Antes de hacer nada, nota cómo el paraguas se cae de su mano derecha, las frías gotas de agua lo toman desprevenido, dándole a entender que sigue en la realidad.

Poco a poco comienza a escuchar el sonido de la lluvia, los latidos siguen sonando justo al lado de su oído, al igual que la próxima respiración del pelirrojo que está delante suyo. De nuevo todas las sensaciones se le vienen encima como un tsunami, como las anteriores veces, se queda sin palabras para definirlas y expresarlas de la mejor forma.

Ya no son ni mariposas ni vacíos.

Se puede decir que se está ahogando interiormente con las emociones. Sin saber qué hacer para prevenirlo ni qué hacer para sobrevivir a esta oleada.

Su cuerpo reacciona mucho antes que su mente, lanzándose encima de Akashi, abrazándolo y apretándolo con los brazos como si quisiera sentirlo lo más cerca posible para comprobar que de verdad está en el mundo real y no en sus sueños. 

Como si quisiera unir ambas almas y no dejarlas separase nunca más. 

Esta sería la respuesta definitiva para los dos, ninguno de ellos necesita escuchar un ''sí'' para saber que el otro siente lo mismo. Al entender eso, Akashi deposita sus brazos alrededor del peliceleste, correspondiendo el abrazo con la misma fuerza.

La lluvia sigue bajando sin ánimo de pararse, bajo esta estaban los dos absortos en el revuelto de emociones. Y nada los vaya a separar, siquiera la misma naturaleza.

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Gracias por la lectura <3

Alv por una vez que actualizo y son 3 seguidas xdddd

Al menos he cumplido con el hecho de actualizar antes del año que viene.

¡Que pasen unas felices fiestas, coman y no teman en engordar! Siempre hay que mirar positivamente la vida, mira que yo escribo mal y sigo escribiendo JAJAJAJ Bicaus siempre se puede mejorar, así que no se preocupen tanto por las cosas. Por más mal que estén, habrá una buena solución, y si no, lo pasarán de algún modo u otro.

Espero que hayan tenido un buen 2019, ya tenemos el 2020 cerca y la verdad es que será solo otro año. Pero yo con todo corazón deseo que todo les vaya mejor, después de todo es lo mejor que podrían pedir en año nuevo, navidad y todas estas festividades. 

Sin decir nada más, suerte <3 Pasen tiempo con familia, amigos y los seres que quieran ustedes.

Y como dije antes, coman y sean felices C: