Capítulo III

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Terry había echo una pregunta muy importante no solo para Candy; si no que tambíen para él

-Terry...jamás deje de amarte o de pensarte- susurro Candy colocándose roja

-Y...si te beso esta vez ¿No me golpearas?

-No...no lo hari...- Terry tomó el mentón de la rubia y la vio a los ojos

-Pequeña pecosa, Te amo...- luego de eso la volvió a besar, algo tierno pero lleno de pasión

-Tambíen te amo...Granuja.- Sonrió la rubia una vez terminando el beso

-No creí que me correspondieras el beso pequeña pecosa-Bromeó Terrence tocando con la yema de sus dedos la nariz de la rubia.

-Terry...¿Que le pasó a susana?- preguntó Candy con algo de vergüenza ante Terry, pues el beso que acababa de corresponder le había dado algo de pena...

-Candy, Susana no murió por una complicación en su pierna.-Afirmó Terry con desdén.- Nadie sabe que le paso; algunos dicen que se suicidó, otros que se escapó con alguién y bueno los periódicos afirman que murió por lo de la pierna.-termino de decir Terry para luego levantar con el dedo pulgar el mentón de la rubia pecosa.-Candy, no quiero hablar de ella...quiero hablar sobre nosotros.

-¿Nosotros?- preguntó Candy sin poder evitar sonrojarse

-Si...sobre nosotros.-sentencio Terry con una tierna sonrisa en sus labios.

-¿Y de que vamos hablar sobre nosotros?- preguntó la rubia aún con sus mejillas rojas y acaloradas

-Bueno...quiero que vengas conmigo a New York para que vivas conmigo como mi prometida- sonrió Terry mientras acariciaba la mata dr cabello de la chica.

-Terry, no puedo irme hasta saber que la clínica Happy y el hogar de la señorita pony este a salvo.

-Lo estará mi pequeña pecosa, te lo prometo; es más te doy mi palabra de noble inglés- dijo Terry guiñando el ojo

-De acuerdo, si esto se soluciona o puedo dejar a alguien a cargo sobre esto, ire contigo a New York.

-¡No sabes cuanto me pone feliz escuchar eso!- exclamó el castaño abrazando la rubia- Te amo demasiado Candy y no volveré a perderte por nada en el mundo!- sostuvo Terry mientras exclamaba con furor.

Candy solo río y volvió a recostarse en el hombro de Terry que con gusto dejo que ella tomara por almohada todo el cuerpo de el.

-Candy...-susurró Terry cerca al oído de Candy haciendo que se estremeciera

-Terry...- respondió ella con un hilo de voz

-¿Dejarías que te besara cuántas veces quisiera?- preguntó el castaño sintiendo como sus mejillas ardían

-¿por qué no lo averiguas tú?- sonrió ella con malicia

Terry volvió a tomar a la joven, esta vez de la cintura tal y como lo había hecho años atrás en Escocia y no solo eso, también fue más intrépido al atreverse a pasar sus manos por la espalda de la chica y a dar besos apasionados no solo en su boca; sino que se atrevió a bajar por todo su cuello, pero el momento fue interrumpido por golpes en la puerta

-¡Terry, abre por favor!-gritaba una joven detrás de la puerta

-¿Quien es? 

-Soy yo Terry, eliza...-Contestó la joven con voz aguda  

-¡Que quieres Eliza, ya es tarde!

-Vamos Terry, se que sabes donde esta ella!-Chilló la joven agudizando mas su voz

-¿De que hablas Eliza?-preguntó Terry intentando sonar lo más convincente que pudiera; pues el ya sabia que se refería de Candy 

-¡Se que sabes Donde esta esa niña de establo !-grito la crespa tocando la puerta fuertemente 

-Si hablas de Candy...no se donde esta, sali de tu casa directamente al teatro-Mintió el joven con la voz mas fria y seca del mundo

-Mas te vale Terry, sabes como es mi madre cuando algo no le gusta-sentenció ella antes de irse 

-Sinceramente no conozco a la madre de Eliza-susurró Terry a Candy

-Tienes suerte-Sentenció  la rubia antes de intentar salir para buscar a eliza pero fue detenida por el agarre del castaño

-Ah dónde crees que vas pequeña pecosa?-Reto Terry regresandola  a su sitio de un tirón 

-¡Terry, me lastimaste!

-Perdón mi amor pero no te dejare ir tan fácil y menos si vas con eliza-

-Terry, no quiero que te metas en esto y cargues problemas por mí-insistió la rubia una vez mas

-por favor Candy, déjame compartir el peso que te agobia; ya no quiero perderte una vez mas, cometí un error al no correr detrás de ti la noche de estreno...No cometeré el mismo error dos veces-Dijo Terry pasando sus manos por su castaña cabellera

-Tu ganas Terry, mejor vamos a dormir-Cambio de tema la rubia con la idea de que Terry dejara de pensar en seguir insistiendo en "complicarse la vida por ella"

-Muy bien pequeña pecosa...pero hace frío esta noche ¿no crees?

-Si un poco-respondió ella colocando sus brazos alrededor de su cuerpo para darse calor a si misma

-Bueno....Tal vez parezca indecente esta pregunta Candy, pero....¿Quieres dormir conmigo esta noche?

-¡Terry!-exclamó ella con algo de pudor-No es que no me guste la idea te lo juro, pero....

-solo vamos a dormir Candy, nada más-sentenció Terry mientras apagaba el fuego- solo lo haremos cuando tu quieras o estemos casados-añadió Terry con picardía  

-E-Está bien- sonrió la joven con el nerviosismo vivo 

Terry ayudó a levantar a la rubia y la tomó por la cintura conduciendola hasta la segunda planta del lugar donde se encontraba la habitación del actor 

-¿En qué lado quieres dormir Terry?

-En cualquier lado, lo único que me importa es tenerte cerca mío-sonrió Terry quitándose la camisa

-Terry, creí que tenias frió

-¡Lo tengo!

-Bien, entonces cúbrete Terry

-No, no lo haré

-Terry, te vas a resfriar 

-No me voy a resfriar pecosa, dormiré contigo y tu me das calor-inquirio el casaño sentandose en la cama

-Tu ganas, pero yo no me quitare la camisa

-Descuida pecosa, todo a su momento-sonrio el-No me atreveria a irrespetarte Candy

Ambos se acurrucaron en la cama y Terry sin pedir permiso acerco su cuerpo fornido al indefenso y delgado cuerpo de la joven que en segundos se quedo dormida por el calor de Terry

****
Mientras tanto en la mansión de los Legan, eliza rebuscaba a Candy con locura

-¡Esa niña!

-¿Que pasa Eliza?

-¡Candy se fue!

-¿¡Como que se fue!?

-Si hermano mío...Y me temo que este con Terry

-¿¡GrandChester!?-meditó-se fue con ese actorsuelo de quinta

-¡Si, con él!

-Ese maldito...voy acabarlo...

Un verano muy diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora