Capítulo 4: ¡Tu, tienes un serio problema por caerte en todos lados!

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Despierto por el dolor en el cuello y ¿cómo no? si parece que me hayan atropellado por la forma extraña en la que me he dormido.

Miro la hora en mi celular y son las 8 de la mañana cosa que es raro mamá no ha venido a despertarme, sin ánimos me levanto y me trazó la idea que tengo que cambiarme si quiero al menos llegar al instituto, ya no puedo hacer el chiste de ayer. Agarro un blusón negro cuello alto y una falda cuero azul marino con bordados de margaritas y me las pongo, como calzado optó por unos botines negros tipo militar y como me da mucha pereza hacer un peinado solo me cepillo el pelo y lo dejó suelto.

Abro las cortinas y veo que está lloviendo, me quedo admirando como las gotas hacen su recorrido por la ventana. Amo cuando llueve es como un ambiente relajante y a la vez melancólico que sólo deja a tu mente en estado tranquilo y reflectivo, suelto las cortinas y salgo de mi cuarto y esta vez con teléfono en mano, no cometere el mismo error 2 veces.

En el corredor, abro la puerta del cuarto de mamá y lo primero que veo es a ella durmiendo me acerco sigilosamente y la arropó para que no esté luego buscando a tientas la colcha. Ahí durmiendo puedo visualizar unas ojeras y unas pequeñas arruguitas en sus ojos, su rostro muestra cansancio y está un poco más delgada, la prueba de ello son sus brazos más delgados y su clavícula que se remarca. Le colocó un mechón de cabello rojizo detrás de la oreja y para despedirme de ella aunque no esté conciente le doy un pequeño beso en la frente y salgo de su habitación.

Bajo las escaleras y rápidamente me dirijo a la cocina ya que como siempre ya estoy llegando tarde, nada de qué sorprenderse.

—Tu no cambias en serio—la voz de mi hermano me pierde de lo que estaba haciendo—ya vas como 3 minutos tarde, mujer ya cambia—asi ya me acorde, habia una manzana y yogurt en la nevera—¡oye, te estoy hablando!

—si, si trevor que voy tarde y bla, blah, blah—lo miro alfin para que no moleste—ahora que sabes mi situación ¿podrías llevarme al instituto?

—¿Ves como voy?—señala su chándal de dormir y la camisa.

—Como te veas es lo de menos, yo solo quiero que me lleves nada más.

—Solo porque me das pena te llevo—y de eso agarra las llaves de su auto—pero comes en el camino porque no te esperare hasta que te dignes en comer.

—no se diga más, vámonos—agarro la manzana y el envase pequeño de yogurt.

>>>

El trayecto fue básicamente yo intentando comer y trevor frenando cada vez que le daba la gana para que yo me atragantara.

—Okey llegamos, que tengas un lindo día hermanita—se estaciona al frente de la entrada.

—Ay, qué amable eres, que pena que todo sea fingido porque claramente ¡¡¡ME QUERÍAS ATRAGANTAR CON TUS FRENADAS DEL DEMONIO!!—le gritó y creo que le salpique un poco de baba, pero no me importa.

—Haber tu culpa no mía, bien sabes como soy y confias en mi—yo solo lo fulmino con la mirada por idiota—y ya salte de mi auto que llegarás más tarde, fuchi.

Salgo del auto con mi mejor ceño fruncido comienzo a caminar a la entrada y me viro para ver a trevor, el me lanza un beso al estilo divo y sale del estacionamiento me viro de nuevo y entró, a lo lejos veo a la secretaria viendome con cara de pocos amigos, enserio que esa mujer me odia. Camino rápido a mi clase de biología y  saludo de forma educada a la secretaria al llegar veo por la pequeña ventanilla del salón al profesor Boris, con toda la verguenza del mundo tocó la puerta y la abro un poco para poder meter mi cabeza.

El Sentido De Mi VidaWhere stories live. Discover now