Capítulo 8: ¿Hay siquiera un lado positivo?

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Regresar ayer a casa además de agobiante fue intenso, Trevor no perdió ni un segundo en cuestionarme peor qué presentador de farándula para donde me había ido y para eso añadirle su mal humor lo hacía peor que un grano en las nalgas. Había estado toda la noche y ahora mañana sensible el doño y pobre el tonto que se atreviera hablarle porque se te venía la tercera guerra mundial con el más grande de los idiotas.

Ahora estábamos uno en cada extremo de la gran mesa de la cocina, el en su mundo y yo preguntándome en que perdería mi tiempo este domingo. 

—¿Y a ti qué te pasa?—hable llamando su atención—has estado con ese cara de palo ayer y hoy.

Me miró tan fijo que de algún modo me puso incómoda, odio que me queden viendo fijamente.

—Nada—respondió finalmente—mejor come y no me molestes.

—¡Si, definitivamente te pasa algo!—dictamino ganando que me ignore, pero el sabia lo intensa que era y que de algún modo le sacaría la verdad a regañadientes—mira hermanito ese "Nada" en lenguaje femenino es "Me pasa de todo y estoy hasta los ovarios con la pendejez en este mundo" que en este caso serian tus huevos pero nahh, cambios técnicos que no dan importancia, ahora dime con detalles qué fue lo que provocó tu humor de ogro.

—Metete en tus asuntos ¿Quieres?

—Mmmmm no—respondi el solo rodó sus ojos y acto seguido se levantó con intenciones de huir—¡Ay trevor, tampoco te vas a morir si me dices que rayos te pasa!

—¡¿Porque no fui hijo único?! ¡¿PORQUE?!—dice mirando al techo con las manos arriba—todo seria mas facil.

—Porque eres feo y nadie te quiere.

—No te vas detener hasta que te diga ¿Verdad?

—Cómo es que adivinas.

—Okey lo diré una vez—se detiene en el principio de la escalera—la cosa es que..

Ya había ganado para que desembuche el notición pero para mi desgracia su celular suena con el tono de una llamada, teniendo así una excusa para huir y no hablar.

—Lastima—dice el muy pendejo mientras contesta—Hola.

—Imbécil.

Me dirijo a la cocina para terminar mi desayuno y al ya estar sentada suena el timbre de la puerta.

—¿¡Really?! en serio, justo cuando me siento les da la gana de joder.

El timbre sigue sonando y ahora con más insistencia acabando con cada tocada mi paciencia.

—¡Espero que tengas buena lana porque si se quema el estúpido timbre lo pagas seas quien seas!—gritó exasperada mientras abro la puerta revelando la cara de Lucy—¡Ay ya matenme!

—Es que si no haces drama no eres tu—responde Lucy entrando a mi casa como suya—¿bueno y que tenemos de desayuno? porque tengo un hambre que ni te cuento.

—Pues te haces ahí si quieres comer.

—¿No me vas a cocinar?—pregunta incrédula—ubicas que soy la visita.

—Dejaste de serlo cuando te metiste en mi vida hace más de 12 años—bufa, prende la hornilla mientras pone el sartén—ah y si lo quemas que es más probable que vaya a pasar, lo limpias tu.

—Esto no es justo ¿Donde quedo la bienvenida y acogida que daban cuando se visitaba?—reclama mientras fríe un huevo—mal ahí amiga, mal ahí pésimo servicio.

El Sentido De Mi VidaWhere stories live. Discover now