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Elin Laufeyson era la de Loki y Thor. Tenía cinco años. Ella siempre había sido una buena niña; notas perfectas, modales exquisitos, dulzura exacta y la sobrina perfecta.

Había una sola cosa de ella a la que nadie podía notar; su manipulación. Siendo Loki la única excepción. Que se jodiera el mundo si Loki no fuera capaz reconocer cuando alguien intentaba manipular y chantajear, por muy sutil que fuera, siendo el dios del engaño.

Thor solía concederle todo lo que Elin le pedía, ya sea juguetes, ropa, zapatos, etc, siempre estaba complaciendola. Ni hablar de los demás. Él ya estaba cansado de decirle a Parker que no le llevara cosas a Elin cada vez que la iba a visitar, pero el chico era la persona más terca que había conocido y, teniendo al dios del trueno como pareja, eso ya era decir mucho.

—Tío Peter —Elin corrió a los brazos del castaño, con una genuina felicidad en su rostro. Él no pudo evitar sonreír, porque a pesar de que la niña se saliera con la suya siempre que quería, era absolutamente adorable y amaba a todos sus tíos, hasta al más estúpido de ellos.

—Princesa —Peter la cargó, Loki notó que esta vez no venía acompañado de Tony—. ¿Cómo ha estado la niña más hermosa de este mundo?

Elin se ruborizó, extasiada por la atención que el chico le prestaba siempre.

—Bien, tío —la pequeña respondió—. Estaba esperándote desde la semana pasada.

Ella hizo un puchero, Loki rodó los ojos cuando se dio cuenta de por donde iba la cosa. Se sentó en un sofá a la par de Thor, quién observaba la escena con una sonrisa en su rostro.

—Lo sé, pequeña —Peter se escuchaba avergonzado—, pero tuve trabajo con tu tío Tony y no me quedó tiempo para nada.

Loki sonrió, divertido.

—Por favor, no le digas a mi hija qué tipo de trabajo —se burló.

Thor se rió en voz alta y Peter solo se sonrojó.

—Me da gusto verte también, Loki.

Peter le entregó un regalo que le traía a Elin antes de que Loki se negara a que se lo diera.

—Dime, ¿dónde dejaste a Stark? Con eso de que no se separa de ti, es raro no verlos juntos.

Peter bajó la mirada por unos segundos pero luego la volvió a alzar.

—Está con Steve —Peter respondió—. Tenía asuntos que resolver con él.

Loki no dijo nada más. Todos los que eran cercanos a Peter y Tony sabían que ellos estaban enamorados, todos menos los involucrados en eso. También todos sabían que Tony no le decía sus sentimientos a Peter porque creía que no se lo merecía y porque Rogers lo había dejado demasiado marcado (pero, ¿quién no quedaría marcado cuando tu pareja te abandonaba por su mejor amigo, sabiendo que este había asesinado a tus padres? Exacto.) Era conocido para todos ellos también que Peter no le decía sus sentimientos a Tony porque tenía miedo de que lo rechazara.

Sinceramente, Loki jamás había visto a personas tan estúpidas como ellos y eso que él conocía a muchas personas, pero prefería no meterse, eso era algo que tenían que solucionar ellos, sin ayuda de nadie.

—¿Quieres quedarte a cenar?

A Loki no le agradaba la compañía de los demás Vengadores, aún se sentía resentido con Hulk y por eso no le gustaba Bruce Banner (aunque le cayera mejor que antes), el carácter de Romanoff era chocante con el de él en algunas ocasiones, Barton aún lo detestaba un poco, soportaba a Stark solo porque Thor se lo pedía pero a Rogers no lo podía ver ni en pintura y era mutuo, Barnes le daba igual, y aunque había tenido algunas reuniones incómodas y a la vez agradables con Maximoff y Strange, ninguno de ellos lo convencía, ninguno excepto Parker.

manipulación | thorki - starkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora