La persona adecuada.

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—Es un triángulo amoroso.

—¿Q-Qué?—Reacciona sobresaltado al no esperarse esa repentina frase después de un largo silencio.

—El motivo del asesinato.—Expone mostrando el escrito entre sus manos.—Toda la fachada de la muerte a causa de un conflicto laboral oculta el hecho de la relación que el jefe de la empresa tenía con la víctima.

—¿Lo has notado tan rápido?

—¡Por supuesto!—La seriedad con la que habló sobre su deducción desaparece trayendo ahora el tono alegre.—Pero me di cuenta que te has esforzado en encubrirlo bastante bien y por eso fue realmente entretenido.

—¿Lo fue?—Reconfortado por ese simple reconocimiento el que el otro resolviera ese misterio tan rápido ya no tenía gran peso sobre él.

—Entonces...—Retoma el menor sujetando a Karl para levantarlo un poco de su regazo y cargarlo.—¿Cuál es mi recompensa hoy?

Debido a que Ranpo solía adelantarse siempre a pedir cualquier cosa, ya fueran dulces u otros tipos de postres que sólo él pudiera conseguir, Poe no sabía que hacer ante la inusual excepción dónde estaba permitiéndole elegir.

—¿Qué...es lo que te gustaría?—Cuestiona al no estar seguro si podría decidir correctamente por si mismo.

—Buen intento pero esta vez tú tienes que pensar en mi premio.—Concluye dejando ir al mapache en sus brazos.—Toma el tiempo que necesites para pensar en algo.

—Pero...

—Consideralo como un reto de mi parte.—Sonríe mirando al mayor tensarse atendiendo así a sus palabras.—Puedes hacerlo, ¿No?

—¡Claro!—Exclama poniéndose de pie al momento, los puños apretados con gran convicción frente a su cuerpo y un aura brillante alrededor como muestra de su animo.—¡Puedo hacerlo!

—Bien, espero me sorprendas.—El aliciente en esas simples palabras hace a Edgar sentir entusiasmado por lo que no demora en despedirse.—¡Oye! ¡Poe-kun!

—¡Dime!—Habla el nombrado deteniédose de inmediato para prestar atención.

—La próxima vez puedes avisarme cuando vengas a verme.—Dice desde su lugar tomando una bolsa de papitas entre sus manos para abrirla.—Hemos intercambiado números después de todo, no me molestaría que lo hicieras.

—Entiendo, v-voy a enviarte un mensaje con antelación.—Asegura antes de retomar el avance y dejar la oficina.

Al escuchar de fondo una risa perezosa el detective apenas gira el rostro hacia el escritorio con montones de documentos a la vista encontrando entre estos a cierto castaño que ahora bostezaba preparando los brazos para estirarse.

—Eso ha sido motivación, Ranpo-san.—Comenta aún con voz adormilada echando la cabeza hacia atrás para dejarla apoyada en el borde del respaldo.—Pero sabes que si se lo toma tan en serio va a demorarse en encontrar algo, le has dejado estándares demasiado altos.

—Ya lo sé.

—¿Entonces estás manteniéndolo acupado con toda intención?—Le pregunta, ladeando el rostro con genuina curiosidad.—¿Sucede algo?

—No.—Resta importancia llevando una fritura a su boca distrayendose con el crujido generado al morderla.

—Bien, si tú lo dices.—Cede el otro resignado a no obtener respuesta.—Ansío ver con qué te sorprende.

Algo que logre sorprender a Ranpo...
¿Eso siquiera podía existir?

Con un suspiro Poe deja caer la espalda en el respaldo del sofá, la mesita frente a él tiene una taza de café vacía, varias hojas arrugadas y la computadora portátil encendida.
Llevaba tiempo pensando sobre lo que podía conseguir para Ranpo, horas investigando y escribiendo ideas que al final eran desechadas apenas formularse.

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