te odio, te amo

Papa

Cepeda
Ya habían pasado varios meses desde que miriam y yo habíamos vuelto y la verdad que estábamos genial. Discutíamos, como todas las parejas pero al minuto estaba yo haciéndole la pelota para que se le pasase el enfado. Estoy en un profundo sueño cuando noto como algo se mueve a mi lado, abro los ojos lentamente y veo a marcos gateando por la cama

-Marcos- susurro para que no se despierte miriam
- Bamabama- balbucea el pequeño

Lo cojo y lo siento en mis piernas

- Buenos días bebe- digo para después comérmelo a besos, lo que provoca la risa de el
- Mmm- dice miriam revolviéndose entre las sabanas
- Mira marcos, ya se despierta mama- digo
- Buenos dias príncipes- dice miriam sonriendo
- ¿Príncipe?- digo en tono divertido
- tu me llamas a mi princesa ¿no? Pues yo príncipe- dice miriam cual niña pequeña
- Pero yo no soy príncipe, yo soy el rey- digo con tono de superioridad
- ¿Y eso porque?- pregunta miriam
- Por que príncipe es marcos que es el pequeño y yo rey que soy el mayor- digo
- Pues entonces yo debería ser reina- dice miriam
- No, cuando tengamos una niña tu seras la reina, mientras la princesa- digo yo
- ¿Quien ha hablado de que vayamos a tener una niña?- dice miriam en tono burlón
- Ya te engañare para que la tengamos- digo divertido
- Eres mas tonto- dice miriam mientras me mira sonriendo
- No ahora de verdad, ¿no quieres tener mas hijo?- pregunto
- Pues claro que si bobo- dice miriam
- Menos mal, por que ha mi me hace mucha ilusión tener a un enano hecho por nosotros corriendo por aquí con marcos-
- Bueno, creo que es mejor que esperemos un poco luego ya cuando marcos sea mas grande tenemos lo que tu quieras- dice miriam
- Vale- le digo sonriendo para después darle un beso
- Mientras nos tenemos que conformar con este gordito- dice miriam cogiendo a marcos
- Con este bebe por ahora vamos bien- digo riendo

Vamos a desayunar y lo hacemos entre risas, cuando terminamos nos preparamos y salimos a dar un paseo y nos paramos en un parque a jugar un poco con marcos.

- ¿Que quieres de comer princesa?- digo entrando en la cocina para hacer la comida
- Cualquier cosa esta bien no te preocupes ¿te ayudo?- dice miriam
- No tranquila, tu dale de comer a a marcos que ya tendrá hambre-

Me pongo el delantal y empiezo a hacer la comida

Miriam
Estoy dándole de comer a marcos cuando me suena el móvil y veo un numero muy largo en la pantalla

- ¿si?- digo
- Hola buenos días, soy Daniela Gomez  abogada de Mario Garcia, le comunico que mi cliente ha interpuesto una demanda contra usted por no dejarle ver a su hijo y a pedido la custodia de el niño. El juez os ha citado a los para juicio el 23 de noviembre ya le llegara la carta a casa, buenas tardes

Y cuando quiero hablar ya ha colgado, me quedo helada sin saber que hacer y cuando ya lo he asimilado solo puedo echarme a llorar, tanto que me escucha hasta Luis

- Eyy ¿que pasa?- dice Luis asustado
- Luis- digo sin parar de llorar
- ¿Miriam que te pasa? Deja de llorar  por favor- dice cogiendo a marcos y echándolo en el carro

Se sienta a mi lado y me abraza hasta que me relajo

- ¿Me cuentas ya que te pasa?- dice acariciadome la mejilla
- Me lo van a quitar luis- digo con la voz rota
- Eyy ¿el que te van a quitar?- dice preocupado al no entender lo que le estoy diciendo
- Al niño, me ha llamado la abogada de Mario y me ha dicho que ha pedido la custodia de el niño y que el 23 de noviembre tengo que ir a juicio- digo intentando no volver a llorar

Luis me abraza y noto la rabia contenida ya que me abraza súper fuerte

- No te preocupes amor, ese hijo de puta no nos va a separar de marcos vamos antes lo mato eso tenlo claro, voy a llamar a mi abogada que es una maquina en su trabajo y ya veras como ganas el juicio dice intentando tranquilizarme
- Pero  Luis ¿y si no lo gano? ¿y si me alejan de mi hijo?...yo me muero sin mi niño-
- No te preocupes nadie te va a alejar de el niño por que vas a ganar el juicio de eso estoy seguro, por que tu lo has pasado fatal ese tío te lo ha hecho pasar tan mal y lo puedes meter hasta en la carcel- dice Luis
- ¿Tu crees?- digo con algo de esperanza
- Estoy seguro- dice regalándome una sonrisa
- Te quiero, eres el mejor- digo besándolo y abrazándolo con mucha fuerza
- Yo mas, que nadie borre esa sonrisa nunca ¿vale?- me dice
- Mientras que estés tu a mi lado no se va a borrar- le digo
- No me voy a separar de ti nunca- dice

Comemos y pasamos la tarde entre mimos y abrazos hasta que se hace de noche y bañamos los dos juntos a marcos

- Papapa- dice marcos mientras Luis le baña

Luis me mira con los ojos muy abiertos y con una sonrisa que poco mas y se le sale de la cara

- Anda enano que ya podrías haber dicho mama eh- digo de broma aunque me hace mas ilusión que a Luis
-Miriam me ha dicho papa- dice aun sin creerselo
- Si amor, te ha llamado papa- digo sonriendo

Luis saca a marcos de el agua y cuando lo en seca se lo como a besos, le hecha crema hidratante por todo el cuerpo y le pone el pijama

- Hago yo la cena ¿que quieres?- digo
- Amor la hago yo, de verdad que no me  importa-
- Tu has hecho la comida pues ahora me toca a mi-
- Pues haz cualquier cosa rápida-

Me meto en la cocina y empiezo a hacer la cena. Estoy de espaldas cocinando cuando noto que alguien me coge de la cintura y me da besitos en el cuello

- Uyy me parece que cuando nos vayamos a dormir te tengo que dar mucho mimitos eh- digo de broma
- Chii- dice como un bebe
- Venga va, pero luego ahora no me entretengas- le digo
- Marcos tiene hambre ¿le doy un bibe?- me pregunta
- Si por que a la cena todavía le falta-
- Vale-

Luis prepara un biberon y sale de la cocina para dárselo a marcos. Termino de hacer la cena y cenamos y después de estar un rato viendo la tele nos vamos a la cama. Luis nada mas meternos en esta viene a mi y se acurruca como un gusanillo para que le abrace cosa que hago con gusto

- Me ha hecho mucha ilusión que me llame papa dice Luis
- Y a mi amor, y a mi- le digo
- Gracias por volver- me dice
- La que te tengo que dar las gracias soy yo, por siempre estar ahi- le digo
- Te quiero- dice mirándome
- Yo mas- digo dándole un beso

Y así abrazados caemos en los brazos de morfeo