La custodia

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Miriam
Hoy era el día del juicio y estaba de los nervios y si a eso le sumas que no había dormido nada en toda la noche pues me daba miedo mirarme hasta en el espejo debido a las ojeras que tenia. Ya son las ocho de la mañana y los primeros rayos de luz empiezan a somarse por la ventana. Luis se despierta y al girarse y verme despierta a mi me empieza a dar besitos por el hombro

- ¿Has podido dormir algo?- me pregunta y asiento débilmente y sin mirarlo por lo que no tarda ni cinco segundo en darse cuenta de que estoy mintiendo
-Miriam...- dice para que le diga la verdad
- No he dormido nada en toda la noche- le digo al fin
- Cariño, entiendo tus nervios por que es tu hijo y lo quieres proteger pero de verdad se que vas a ganar, llevas semanas preparando el juicio con la abogada y pruebas no te faltan para meterlo en la cárcel, confía en mi ¿vale?- dice mientras me acaricia la cara

Yo no se como lo hace pero siempre que hablo con el me consigue tranquilizar

- Vale- digo sonriendo tímida
- Venga, y ahora no te muevas de aquí que traigo el desayuno y nos lo comemos aqui- dice levantándose de la cama
- No te molestes Luis de verdad-
- No es molestia- dice saliendo por la puerta

Marcos empieza a llorar y lo cojo de la cuna, nada mas hacerlo busca mi teta por lo que deduzco que tiene hambre y le doy de comer. Me quedo mirándolo mientras el come y no puedo evitar que las lágrimas salgan de mis ojos, después de todo lo que he pasado con el desde que era pequeño y ahora estaba a horas de que posiblemente me lo quiten. No se en que momento entra Luis por la puerta pero noto como la cama se hunde y el me abraza

- Nos lo vamos a quedar, ya veras- dice Luis susurrandome al oído

Desayunamos, nos vestimos y después de dejar a marcos con mi hermano nos despedimos de el con miles de besos y ponemos rumbo al juzgado. Nos sentamos en la sala de espera y Luis me agarro las manos y las entrelazó con las suyas, Sonreí y le di un beso suave en los labios. Volví la mirada a nuestras manos y vi algo que me llamó la atención, le levanté la manga y vi que aun tenia la pulsera que le regale en el campamento

- Todavía la tienes- dije sonriendo a lo que el asintió

Estuvimos un rato esperando hasta que vimos entrar a Mario, ante eso mi cuerpo se tenso inmediatamente y Luis al notarlo me abrazo

- Vaya, si tenemos aquí a la parejita- dice Mario

Nosotros permanecemos callados y sin mirarle

- Espero que os hayáis despedido bien de marcos- vuelve a hablar

Cepeda va a hablar pero le agarro de la mano y niego

- Mario vete por favor- digo

Mario sonríe y se va

Estamos un rato mas en la sala de espera hasta que nos llaman. Entramos y primero declaro yo, lo cuento todo y incluso me permito llorar. Llega el turno de Mario y tengo que agarra varias veces a Luis para que no diga nada

- Ya esta luis- digo intentando tranquilizarlo
- No puedo miriam, esta mintiendo-
- Ya lo se  Luis, pero no digas nada porfavor-
- Yo lo he pasado muy mal, ella me decía que me iba a quitar el niño cuando menos me lo esperara- continua Mario
- Protesto señoría!!! Eso es mentira- dice Luis explotando
- No tiene la palabra, por favor sientese- dice el juez
- Luis por favor relajate- dice miriam

Acabamos de declarar y el juez empieza a mirar los papeles

- Bien, vistas  las declaraciones de ambas partes creo que lo mejor para el niño seria que la custodia completa la tu viera la madre- dice el juez

No me lo puedo creer. Es mio!!! He ganado. Me abrazo a Luis llorando y el me aprieta con fuerza

- Lo ves amor, es tuyo- dice Luis
- He ganado Luis- digo aún sin creermelo

Después de estar un rato abrazados nos separamos

- Disculpe señoría, ¿podria cambiarle los apellidos?-
- Por supuesto, le pongo los suyos ¿no?-
- No... Los de mi pareja Luis  Cepeda- digo yo
- Miriam no- dice Luis
- Luis quiero ponérselos, has demostrado que lo quieres y eres mas padres que el de verdad y quiero que lleve nuestros apellidos... Como si fuese nuestro- le digo
- Te quiero- dice para después besarme
- ¿Entonces cual pongo?- pregunta el juez
- Marcos Cepeda Rodriguez- le digo

Salimos de allí y vamos a por marcos a casa de mi hermano y nos vamos para casa, el resto del día lo pasamos jugando los tres en casa

te odio, te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora