Capítulo 4: "Ritual."

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"Solo dilo y tendrás todo el poder que necesites"

Abrió bruscamente sus ojos celestes, se incorporó del frío suelo de mármol ahora el escenario era totalmente distinto se encontraba en casa y podía escuchar como su madre cocinaba, vio a su padre bajar las escaleras y escuchó un susurro ligero "adiós" mientras abría la puerta al jardín, caminó hacia la cocina ansioso.

"¿Ma-" mordió su lengua y recordó que esa mujer no era humana ni muchos menos su madre; estaba en el ritual y aquel demonio lo trataba de doblar como fuese.

"¿Lou?, ¿donde estáis?" hablo la mujer con un tono agudo.

El castaño retrocedió hacia la puerta a sus espaldas, no quería enfrentar de nuevo a su madre y verla morir, no estaba listo pero sabía que la única manera de salir ileso era derrotar al demonio. Pero aquella duda, ese miedo le otorgó poder al ente y toda la casa se inundó de un negro profundo que hacía temblar el alma, escuchaba las pisadas de su madre apresuradas sobre el mármol, el sargento tragó audiblemente saliva.

"¿Lou?" chilló la mujer apareciendo sin más frente a él. Su rostro se derretía como tinta sobre agua para tornarse negro infernal, sus brazos se derretían y sus piernas crecían de manera irreal, el chico contuvo cualquier sentimiento de debilidad recobrando su postura totalmente fría.

"Deja de jugar demonio, sé que no sois mi madre, ríndete que jamás me voy a rendir ." espetó el castaño sin dudar.

"¿Estáis seguro?, hace un momento morías de miedo, Lou. Has venido a buscar poder para asesinar a aquel Gul y vengar así a tu familia ¿o acaso os habéis rendido?" respondió el ente con la voz burlona.

Louis apretó los dientes realmente estaba furioso, ese era su deseo pero no quería que la venganza lo cegara ya que aún así matase a Harry jamás volverían sus padres ni obtendría las respuestas que necesitaba.

"¿Venganza?, mis padres murieron, aun así me otorgues tu poder infinito no volverán. Entrégate a mi y así podremos dejarnos de juegos" dijo el sargento acercándose al demonio sin pizca de miedo.

El ente sonrió notoriamente y asintió, había conseguido lo que quería la bondad de un ser humano, el susodicho se atrevió a indagar en los recuerdos, alma y mente del chico buscando algo mal para doblarlo pero lo único que encontró fue aquella "mancha" en su alma echa por un Gul cosa que la atrajo aun más, así que tomo su forma real... una chica de cabello lila largo hasta los talones, piel blanca lechosa, ojos carmesí y un simple vestido negro que la cubría.

"Me gustas, Louis. Acepto este pacto, pero.. antes te contaré sobre mi, ya que en tu dimensión no te darán la información que necesitas. Me llamo Rethwog soy un ente muy poderoso como podrás ver, tengo varios ataques especiales que compartiremos, pero antes de ello debemos enlazarnos y más que nada entrenar, tienes un espíritu valiente pero luego te quiebras así que mejoraremos eso; soy muy poderosa y me gustas mucho como para entregarme a ti así que no seas débil, no quiero hacerte daño y no les digas a tu compañía mi nombre, ellos me temen, así que ¿pactamos?" comentó la pequeña chica, extendiendo su mano.

Louis la observó con duda pero extendió su mano tomando a Rethwog y sintió un poder potente recorrerle el cuerpo completo así que apretó más su agarre sin doblarse del dolor que sentía, al final de todo era humano.

"¿Por qué mi compañía os teme?" cuestionó el sargento con la voz adolorida.

"Louis, yo soy un fragmento del plasma de Dios, se podría decir que ayude a destrozar a la humanidad, solo existimos 3 fragmentos y somos poderosos a nuestra manera y por lo visto ya tuviste contacto con un fragmento. Tu compañía teme mi poder y me toman como amenaza pero he venido a ti por tu espíritu tan único, nadie más me merece." respondió sin más.

Infernum. (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora