¡FELIZ NAVIDAD, hyung! [YoonMin]

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- Mmh, -posó su dedo índice en su barbilla y su otra mano en su cadera, señal que ese pequeño pelinegro estaba pensando.- Bien... Hyung, mientras yo voy abriendo el árbol, usted debe ir desenredando las luces... Ay -Frunció su ceño y agarró un paquete que tenía como imagen a un árbol con luces-; ¿estas deben rodear el árbol? ¿O mejor estas? -Señaló las otras que posaban en el suelo al lado de 2 paquetes más-.

- JiMinie... Son iguales, bebé. Relájate, te ayudaré y lo haremos los dos, juntos ¿vale? -El alfa que estaba con piernas cruzadas en el suelo admirando la hermosura de su pareja le dedicó una tranquila mirada-.

- No, hyung. -El contrario frunció levemente el ceño-. Ah, me refiero a... Es que yo quiero que esta Navidad sea perfecta para usted, es nuestra primera navidad juntos y... Yo quiero que todo salga espectacular. Omega quiere hacer feliz a Alfa. -Junto sus dedos índices haciéndolos chocar, se había sonrojado-.

- Cariño, ven... -Estiró los brazos-.

JiMin se acercó rodillándose y fue atraído por su pareja quedando en brazos de este, reposó su cabeza en su cuello e inhalo el atractivo olor que desprendía de este. Su olor era algo difícil de describir, según JiMin, y eso le encantaba a él, era como café recién molido, uno de los mejores aromas, ese en especial lo hacía caer a tobillos de su hyung.

Se había calmado.

- Cachorro, -amaba que su hyung lo llamara así- ¿Abrimos juntos el árbol?

JiMin se aparto de su hyung y asintió.

- Tú del lado izquierdo y yo del lado derecho ¿Vale? Vale -El lobo olor a vainilla se levantó y fue abriendo las ramas del árbol sacando una sonrisa al Alfa el cuál negó para sí y se puso a imitar al Omega pero del otro lado-.

Su árbol era de color blanco, era grande y estaba en medio de la sala, su casa era por así decirlo amplia, denominando el color negro y blanco, con toques pasteles. Era una perfecta descripción de ambos lobos, aún habían cajas llenas de cosas que aún estaban sin desempacar. Hace exactamente 1 mes se habían mudado un 2 de noviembre.

(...)

Era un 16 de septiembre, en una colina que daba vista a la ciudad de Seúl.

En ella se encontraban dos chicos, ambos apreciando el firmamento y viendo como la luna iluminaba la ciudad, ambos se encontraba solos, el carro del mayor estacionado a solo unos metros de ellos.

JiMin se encontraba reposando su cabeza en el pecho de YoonGi y el último nombrado de tenía los brazos doblados haciendo respaldo a su cabeza, solo se escuchaban sus respiraciones.

- Hyung... -Susurró el omega, algo que hizo que YoonGi se sintiera atraído por esa hermosa melodía-. ¿Nunca pensaste en la posibilidad de que podríamos haber nacido en épocas diferentes y jamás saber del otro?