28༉‧₊

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Sus ojos se fueron abriendo lentamente, su vista estaba borrosa y su garganta estaba reseca. Estaba totalmente desorientado.

Estaba todo oscuro, parecía estar sobre una cama debido a la superficie suave y mullida en la cual se encontraba. No sabía donde estaba, el miedo comenzaba a crecer en su interior y estar completamente solo en esa fria habitación no ayudaba demasiado.

—¿Hola? ¿Hay alguien ahí? — Preguntaba, más no recibía respuesta.—¿Hola...?

Al seguir todo en completo silencio trató de pararse, lograndolo con dificultad. Sus pies estaban descalzos, aunque sentía la tela cubrir su cuerpo.

Caminando por la habitación, tocaba las paredes buscando alguna ventana o puerta para tratar de salir de allí.

Y afortunadamente lo encontró, su mano logró tocar una perilla. Girandola, abrió la puerta revelando un largo pasillo iluminado con pequeños focos.

Caminando lentamente por la casa -Que no conocía- encontró unas escaleras, pues al parecer estaba en un primer piso. Bajó hacia la primer planta, donde comenzó a sentir un fuerte olor a galletas. Alguien parecía estar cocinando.

Acercándose hasta una puerta -unica en la planta- entro a la que parecía ser la cocina. Una mujer que no parecía pasar de los treinta años le daba la espalda, estaba muy ocupada colocando unas pequeñas galletas en un jarrón.

Se aclaró la garganta levemente para que esta se de cuenta de su presencia, lograndolo al parecer, ya que esta se dio la vuelta inmediatamente al sentirlo.

— ¡Oh! Hola pequeño, veo que por fin has despertado.— La mujer habló y mostró una bella sonrisa. Ella parecía ser una mujer muy hermosa y dulce. — Ven lindura, toma asiento, te servire leche y galletas ¡ven, vamos!

Le hizo caso, acercándose lentamente a la mesa, tomó asiento viendo como ella servía la leche y le acercaba el jarrón con las galletas recién horneadas. Ella tomó asiento frente a él.

— Y... dime Jimin... — Ella sonrió.— Quiero creer que tienes algunas preguntas ¿No es así?

— ¿Como sabe mi nombre?

— ¿Es que no recuerdas nada?

Miró extrañado a la mujer, tratando de recordar.

Lograndolo luego de unos minutos.

Su rostro se transformó completamente. Lo recordaba todo. El bañándose y repentinamente en el suelo de la bañera, llorando por el dolor del golpe. Como Jungkook lo veía extrañado al entrar por la puerta. Las caras de sus amigos al verlo. Su comportamiento y el de los demás. Los juguetes y la ropa de bebé. Los cuidados de sus amigos y los de Jungkook.

El era un bebé.

— ¿Como...?

La mujer frente a él sonrió enormemente.

— No temas Jimin. — Ella lo miró más seriamente. — Yo no te haré daño, solo quiero que aprendas... que aprendan.

— ¿A que se refiere? No lo entiendo, quiero ir con mis amigos...

— Escucha Jimin, todo esto es tu responsabilidad. Tu lo pediste ¿Recuerdas? — Ella se acercó a él nuevamente. — Solo diré una cosa. Tu aprenderás a ser responsable de tus actos. La única forma en que volverás... Ellos lo descubrirán. Es muy fácil en realidad.

— Pero... ¿Por que me trajo aquí?

— Oh...— Lo miró para luego reír. — Solo quería darles un susto. Sus ideas son demasiado ridículas, ¿Como se les ocurre dejar a un niño solo sin vigilancia en un parque a esas horas? Aprenderán a ser más responsables.— La mujer se acercó nuevamente. — Ahora basta de hablar, mejor come...

Él le hizo caso y siguió con su comida. Al terminar, un gran sueño lo invadió, siendo inevitable caer en un profundo sueño nuevamente.



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Bueno, es mi última actualización por hoy...

¿Que les pareció?

¿Les va gustando el rumbo de la historia?

¿Alguna pregunta?

Bye bye tesoritos ♡

-Yaz.

¡That baby is my boyfriend! | Kookmin AU Donde viven las historias. Descúbrelo ahora