Una visita rubia es agarrada entre sus largos, fuertes brazos, y acarreada por ellos con gracia. Su cabellera dorada con suaves rizos perfectos en las puntas, suelta y perfumada para que los dedos blancos (y helados) como mármol se hundieran y nadaran entre sus hebras, lista para jugar. No había nada que amara más que ser sostenida entre esos fuertes brazos, abrazada por el terciopelo negro a la luz de las velas y el brillo del cristal.
Las máscaras caen y se rompen, partiéndose en más de mil millones de pedazos con un solo estruendo, parecido a la risa deformada, el grito, de una mujer...
ᴇʟ ᴠᴀᴍᴘɪʀᴏ ʟᴀ ᴍᴜᴇʀᴅᴇ.
Dientes como dagas de filosa porcelana se impalan en la carne y todo lo firme y joven y bello se retuerce por dentro un momento, estando rígido por fuera, pero enseguida con casi toda la sangre sorbida de entre sus venas y arterias su cuello se puso flácido, cayéndosele para atrás la cabeza, zarandeándose su larga cabellera entre la que se enredaron los dedos blancos con un agarre fiero.
Los largos pies calzados en finos tacones pierden todo balance, la punta apenas tocando el piso cuando el cuerpo más alto sostiene su torso hacia su cara, como si intentara devorarla, metérsela toda a la boca. La punta triangular del charol rechina contra el mármol sucio mientras la carcasa de su alma es zarandeada simulando un último y muy poco agraciado vals.
No llega a sus oídos la risa, baja y suspirante, satisfecha. No siente el pulgar helado refregarse contra sus ojos, atrapando un par de sus últimas lágrimas. Olores asquerosos inundan la sala y el misterioso hombre deja caer al cadáver de sus brazos, pisando la extensa cabellera rubia esparcida como un halo pálido al irse.
Ella es enterrada, ahogada de nuevo pero esa vez, en lugar de lágrimas y horror, tierra y más tierra. Los golpeteos de la pala oxidada y floja en su mango al terminar el trabajo son como unas palmadas en la espalda, pero ella quiere más que eso.
Un jadeo salvaje surge entre restos de pasto y tierra cerca de cuando la luna está un poco pasada del centro en el cielo. El llanto no logra quebrar el vidrios de los ventanales, pero está bien. Con sus uñas rotas iba a arañarse el paso entre las cortinas.Una visita rubia se aproximaba a la casa, renga, coja, y con los ojos llorados, su largo cabello empapado de sangre con barro y tierra, listo para que una mano se enterrase entre sus nudos enmarañados.
Su cuerpo pálido, roto, tibio, y frágil, impaciente de llegar y escurrirse entre esos fuertes brazos... deseando saber si su corazón apelotonado comenzaría a latir otra vez.
Este no me convence mucho al final... opiniones? además, la línea con una font distinta se supone que va al medio o sea centrada, pero nunca me sale ufgh aparte, esto es tan viejo... como del año pasado cerca de primavera o una cosa así y capaz más atrás fgjghfjk ojalá pudiera seguir escribiendo cosas así. inspiración? acepto recomendaciones cuando sea, no importa cuando sea que leas esto y espero que hayas disfrutado la lectura de todo lo anterior, mwah