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Otro día más con la típica rutina. Me levanto, voy al trabajo y vuelvo a esta soledad. Todo esto me está sucediendo por mis acciones ¿Cierto? Esto es lo que merezco al final de cuentas ¿No?. Oh vamos, tengo 21, soy muy joven aun para estar deprimido, pero Est monotonía, aburre. Yo no era así. ¿Qué me pasó? Era un chico lleno de color, pero estos colores se quedaron contigo, no conmigo" Se decía el chico de melena azabache subiendo al metro camino a su trabajo. Bip-Bip. Se escuchó su celular a lo que contestó de forma involuntaria.

- Ya voy en camino

- Minho, se suspendieron las clases por las fuertes tormentas eléctricas. Ya les avisamos a los demás junto con los alumnos, para que no vengas

- Está bien, gracias por avisar. Adiós- Cortó y cerró sus ojos, sintiendo cómo su mente empezaba a divagar con un recuerdo.

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Llovía de forma torrencial. Se había pronosticado posteriormente la gran tormenta, pero no le importó, solo quería mantener sus excelentes calificaciones y asistencia perfecta.

Fue ese mismo día cuando llegó jadeando al colegio de tanto correr, para tratar de no mojarse tanto, ya que de todas formas, igual fue inútil. La lluvia no daba indicios de parar y cada vez se hacía más fuerte. Fue en ese momento que miró hacia la puerta de entrada y vio a un chico un grado menor que él.

El azabache le observó con determinación, apreciando el rostro, labios y mejillas regordetas, mismas que se teñian de un suave rosa, al igual que sus labios, gracias al frío. Subió su mirada a la melena, misma que se encontraba totalmente desarreglada, sus cabellos castaños se le pegaban en la frente, goteando sin cesar. Las pequeñas gotas de agua le pasaban suavemente por el rostro, cayendo finalmente en su chaqueta empapada. No sabía cuánto rato fue el que se le quedó viendo aquel chico, sólo supo que dejó de hacerlo cuando un trueno sonó fuerte, provocandoles un susto.

- Oh, eso fue muy fuerte- Habló el chico tocando su agitado pecho mientras se acercaba al azabache suavemente.

- Tranquilo, fue solo un trueno. No hay que temer- Sonrió despreocupado, volviendo a sus cosas.

-¿Y quien dice que yo me asuste?- Otro trueno resonó más fuerte provocando que se desequilibre, tropezando con Lee.

-¿Disculpa?¿Qué dijiste ? No logré escuchar bien ¿Lo puedes repetir?- Dijo con ironía uniendo sus miradas. Se sintió otro trueno, que vino con un relámpago, provocando una dulce sensación en el interior de ambos.

- No dije nada- Bufó- ¿De casualidad tienes alguna toalla que me prestes?- Se alejó un poco.

- SÍ, tienes suerte que hoy tenga deporte- Respondió sacando una toalla de su mochila.

- Gracias, la devolveré, lo prometo, pero ¿A quien se la devuelvo?

- Minho... Lee Minho ¿Y yo a quien se la estoy entregando?- Acercó la toalla a las manos del chico rozando con estas.

- A Han... Han Jisung

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Se les informa a los pasajeros que tengan cuidado con el abrimiento de puertas. Se bajó y caminó sin rumbo hasta que sus pies por inercia viajaron a un parque. Siempre iba ahí cuando se sentía mal ya que siempre le llenaba de buenos recuerdos. Uno de ellos fue su primera salida de amigos con aquel chico.

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- Cuidado no te vayas a caer- Le decía Lee al castaño que trataba de subir un árbol.

¿Juntos por siempre?- Minsung [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora