Capitulo 2

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Charles cerró la puerta del sótano y se dirigió a la cocina, cogió el plato que suponía era su desayuno y lo llevo a la mesa. Un huevo y tocino, olvidó traer su bebida, se dirigió otra vez a la cocina para recoger su chocolate, sus manos temblaban y tenía náuseas, dejo caer el chocolate al suelo y paso seguido empezó a vomitar, se sentía débil, quería llorar pero las lágrimas no salían, sentía un nudo en su garganta. Cayó de rodillas, se rasgó su pantalón con un pedazo de porcelana rota y empezó a sangrar su rodilla, no sentía dolor alguno, realmente no sentía nada.

Charles empezó a ver cómo su entorno se oscurecía y como a medida que pasaba el tiempo su cuerpo se relajaba.

Sangre, demasiada sangre.

Charles despertó sudando, todo estaba oscuro,se asustó al no saber en donde estaba hasta que se dio cuenta de las cortinas que tenía a su lado. Estaba en su habitación, abrió las cortinas y se dio cuenta que era de noche.

Era un tanto aterrador el silencio que abarcaba su habitación.

Tenía puesta una camiseta blanca y unas bermudas, sin embargo sentía que se estaba quemando por el calor que tenía. Abrió la ventana de su habitación y miro por ella, la luna era hermosa, se podía observar las estrellas por la falta de luz en la ciudad, era algo majestuoso, aquella calma se había desvanecido cuando escucho que la puerta de su habitación se estaba abriendo, se acostó rápidamente y miro su reloj.

01:35am

Fue cuestión de segundos para recordar todo lo que había sucedido en la mañana del día anterior, su corazón se aceleró y sentía que no podía respirar, cerró sus ojos con demasiada fuerza.

-Charles, se que estás despierto- dijo su hermano.

Carlos encendió la luz de su habitación, cerró la puerta y se recostó en ella.

-Charles, no estoy de humor, abre los malditos ojos y mírame- dijo con uno tono fuerte.

De manera casi instantánea, se quitó las cobijas que tenía encima y se sentó.

Miro fijamente los ojos verdes de su hermano, eran muy parecidos a los de su madre, su rostro era tan blanco como la porcelana que dejó caer en la mañana. Quitó la mirada de su hermano y la clavó en el suelo.

Otra vez ese silencio.

Escucho como la madera del piso de su habitación empezó a rechinar, levanto la mirada y vio a su hermano acercándose a él. Cómo acto de reflejo, se levantó de su cama y cogió un bate que tenía cerca al extremo de está.

Carlos hizo una cara de disgusto cuando Charles lo amenazaba con el bate y seguido una cara de fastidio.

-Te vas a refriar- dijo Carlos mientras cerraba la ventana de la habitación.

-¿Me vas a matar?- dijo Charles casi en forma de susurro mientras apretaba su bate.

-¡Vamos! Eres más inteligente- gritó.

-¿Que quieres de mí? ¿Por qué le hiciste eso a nuestra madre?- empezaron a recorrer por su rostro lágrimas, mientras soltaba el bate y se sentaba en el suelo -¡Eres un monstruo!- gritó.

-¡Cállate!- le dio un puño a la pared- sabías que nuestra madre era una perra, por culpa de ella estamos así- empezó a llorar - mientras que yo me partía la espalda trabajando, ella estaba acostándose con mí mejor amigo, ella no trabaja hace meses Charles, ¡Meses!- se acercó a Charles - no solo con mí mejor amigo, sino con mí novia, era una perra y nos vio la cara de idiotas- finalizó.

Abrazo a Charles y este lo empujó.

-Pero era mí madre, nuestra madre- dijo mientras le daba golpes al pecho de su hermano.

-Este mundo es una mierda Charles, pero que sea tu madre no significa que no haga parte de este- dijo mientras lo agarraba de l rostro- todo estará bien, te lo prometo- lo acerco a su pecho y lo abrazó.

Finalmente salió de la habitación, Charles no sabía con quien estar enojado, ya no sentía tristeza, sino terror y odio hacia el mundo que estaba ante sus ojos.

Se acercó a la ventana y la abrió nuevamente.

-Tercer piso- susurró -es inútil- concluyó.

Apago las luces de su habitación y se dirigió al baño, se miro el rostro, tenía ojeras, estaba pálido y su labios estaban resecos. Lavo su cara y se fue a su cama.

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