CAPITULO 8

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Mientras el tiempo pasaba lentamente, los asistentes fuera entraron curiosamente al cuarto
múltiples veces. Finalmente, Zhuge Yue apartó el tablero de go a un lado y se levantó. El sirviente a su lado inmediatamente se acercó y le ayudó a ponerse sus botas de piel.

Llevaba una túnica azul con flores oscuras con un brillante cobertor rojo de piel de zorro. Un niño, que no
tenía ni trece años, tenía una madurez inexplicable.

—Vamos. —Zhuge Yue murmuró mientras sacaba a su séquito de sirvientes.

En la parte delantera de su complejo, una manada de caballos estaba esperando. Debido a la demora de
Zhuge Yue, los otros maestros de la residencia Zhuge ya se habían ido. Un sirviente se arrodilló en el suelo, y
Zhuge Yue caminó calmadamente y se paró sobre su espalda para subirse al caballo.

Cuando terminó su preparación para irse, Zhuge Yue de repente giró su cabeza hacia la sirviente que
estaba en la puerta principal y le preguntó:

—Eh, ¿has visto las luces durante el festival de las linternas?

Chu Qiao fue sorprendida y apresuradamente sacudió su cabeza. Zhuge Yue asintió su cabeza y dijo:

—Ven aquí, te llevaré a verlos.
Chu Qiao se quedó atónita por un tiempo antes de que ella se diera cuenta de lo que Zhuge Yue
estaba insinuando y rápidamente respondió:

—Joven Maestro, no se me permite hacer eso.

Zhuge Yue frunció el ceño y estaba a punto de hablar, pero Chu Qiao al instante se adelantó y dijo:

—Xing'er puede montar su propio caballo.

Zhuge Yue no estaba convencido mientras miraba la pequeña estatura de Chu Qiao. Su sospecha era
muy obvia.

—Maestro, dele un caballo a Xing'er. Xing'er puede montar el caballo.

Zhuge Yue amablemente sonrió y asintió a su escolta, Zhu Cheng. En un momento, un pequeño caballo fue sacado. Aunque era pequeño, aún era mucho más grande que Chu Qiao. La mirada de todos estaba en Chu Qiao. Cuando vieron que ella no era más alta que la pata del caballo, se rieron.

La niña rodeó el caballo en dos asaltos y levantó las manos hacia arriba, pero solo pudo tocar la
espalda del caballo. Zhuge Yue pensó que era gracioso y estaba a punto de llamar a alguien para que la ayudara
a levantarse, pero la niña simplemente agarró al caballo y, con una oleada de fuerza, se subió a él. Su acción fue muy rápida y precisa.

Las personas que estaban alrededor soltaron un grito de sorpresa. Zhuge Yue se giró y vio a la niña cubierta de nieve, como una bola de nieve, pero todavía sentada derecha y orgullosa sobre el caballo. No pudo
evitar sonreír para sí mismo antes de tocar el caballo para irse.

Por supuesto, Chu Qiao sabía montar a caballo. A pesar de que este cuerpo era un poco inconveniente, lo bueno era que este caballo era muy dócil. Una vez vio salir a los otros caballos, siguió su ejemplo.

No había toque de queda en la ciudad, y como ese día era el festival de las linternas, las calles todavía estaban llenas y animadas. Ya casi era de noche, ya que los cielos se habían oscurecido. Las calles se iluminaron y los cielos se llenaron de fuegos artificiales. Soplaba un viento fresco. Al pasar por la curva del río, las hermosas linternas iluminaban las calles. Los lados de la pasarela estaban llenos de luces rojas en forma de dragón y muchas viviendas se convirtieron en escenarios para presentaciones. Bailes, espectáculos de variedades, dramas y música estaban por todas partes. Las luces y los fuegos artificiales iluminaron el cielo nocturno mientras los
vendedores ambulantes se alineaban en la calle solicitando clientes, vendiendo alcohol, tabaco, alimentos, ropa, verduras, frutas, muebles, flores y fuegos artificiales. Lo que la gente quería estaba disponible. El cielo
nocturno parecía ser un brocado vibrante con la magnificencia del mundo revuelta mientras todos se reunían.

☠️THE LEGEND OF CHU QIAO  (TOMO 1, FINALIZED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora