CAPITULO 15

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La noche era fascinante. Las pesadas nubes se habían disipado y la luz de la luna era clara. Zhuge Yue

dejó su ballesta lentamente, se quedó allí durante un largo rato viendo cómo el carruaje del Palacio

Sheng Jin se alejaba cada vez más.

Esta larga noche finalmente estaba por terminar.

El sol se alzó. La luz del sol entró en la habitación desde la ventana situada en lo alto, revelando motas de


polvo flotando en el aire. Se escuchaban sonidos de chillidos suaves en el fondo. Uno que no prestase atención

habría pensado que los sonidos provenían de una rata que vagaba por la hierba.

Chu Qiao se apoyó en una pared y cerró los ojos, quedándose dormida. Sin embargo, detrás de su


espalda, su mano se movió ligeramente, utilizando una pequeña piedra para moler contra la pared.


El sol salió y se puso rápidamente. El ruido del exterior disminuyó lentamente. La próspera ciudad fue


envuelta en tinieblas. Los guardias de la prisión patrullaron el terreno dos veces y se fueron a dormir,


bostezando. Era tarde en la noche y la luna se había elevado sobre el cielo.

Con un ruido sordo, un gran adobe


aterrizó en la hierba.

-Yan Xun... -Una débil voz sonó lentamente, crispando el silencio mortal de la celda.

Chu Qiao se giró y miró a la celda vecina, donde un joven vestido de blanco se apoyaba contra la


pared opuesta. Sus piernas estaban cruzaban y se sentaba en la hierba sucia y salvaje, sus ojos cerrados y


aparentemente soñando.

-Yan Xun. -Chu Qiao murmuró cautelosamente.

Las pestañas del joven se movieron ligeramente. Abrió los ojos y escaneó los alrededores. Vio los


claros ojos de la niña ante él.

Abrumado por la felicidad, gateó hacia el agujero, destacando:

-Muchacha, eres muy inteligentet.

-¡Idiota! -Chu Qiao siseó-: Baja la voz o te oirán.

-Oh. -Yan Xun la imitó y escaneó los alrededores. Se giró y rió de manera tonta, revelando sus

brillantes dientes blancos-. Muchacha, no temas. Mi padre enviará gente para salvarnos. Esa gente no osará


dañarnos.

-Mmm. -Chu Qiao asintió, sin responderle.

Yan Xun frunció el ceño.

-Hey, ¿no crees en mí?

-No osaría. -Chu Qiao sacó la lengua, soltando-. Tu padre te rescatará a ti. Yo tengo familiares


tan capaces.

Yan Xun se rió. Sus ojos brillaron como estrellas en el cielo.

-No te preocupes. No te abandonaré. Puedes seguirme en el futuro. Te protegeré.

Un sentimiento cálido envolvió todo su cuerpo. La niña de ocho años se rió y sonrió brillantemente,


asintiendo.

-Tienes que invitarme a algo bueno cuando salgamos. Lo esperaré.

-Sin problema. -Yan Xun prometió

-. Puedes comer lo que quieras. Te garantizo que cualquier


petición tuya será realizada.

Sin saberlo, una pesada nevada empezó a caer fuera. Los copos de nieve se colaron hasta la celda desde


la ventana de arriba, junto con el viento frío. Cuando Chu Qiao iba a abrir la boca, tembló y sintió un


escalofrío por su espalda. Yan Xun, viéndola, presionó la cara contra el agujero. Empezó a ponerse nervioso


cuando vio que la niña iba vestida con finas ropas, su cara era pálida y sus labios habían empezado a tornarse


violetas por el frío.

-¿Tienes frío?

-Estoy bien.

-Llevas muy poco encima. Debes estar congelándote hasta la muerte. -Yan Xun de repente se puso

☠️THE LEGEND OF CHU QIAO  (TOMO 1, FINALIZED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora