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Respirando lento y moviéndose poco, el joven de cabello oscuro miraba por la ventana del autobús, con ojos cansados que denotaba unas leves ojeras, empañando el cristal con cada respiración. Sus manos jugaban con el anillo de plata que tenía en su dedo anular de su mano izquierda, el cual solo le recordaba que no logró casarse con la bella mujer para la que solo tenía ojos.

Incluso después de muerta...

Hace un año, él se regocijaba con el dulce "Si" que salió de los labios de su amada con su propuesta, creyendo que el mundo no podría ser más bueno, trayéndoles un glorioso futuro, pero ese mismo día...la tragedia sucedió.

La que estuvo en sus peores desgracias, la que fue la creadora de sus más bellos recuerdos, la que se adueñó de su corazón desde el primer instante, la que al dormir lo abrazaba para hacerle saber que no estaba solo y alejaba toda pesadilla...se había ido.

Simplemente...la que era todo para Kim Taehyung.

Por más que intentara empezar de nuevo, no podía. Era como si un lazo irrompible le uniera a su prometida. Por lo que nunca había vuelto a estar con otra chica.

Taehyung se levantó para tocar el timbre en su parada y bajar del transporte. Se dirigía por su medicamento para el insomnio, por qué desde que ella ya no estaba su falta de sueño se hizo presente otra vez. Igual que antes de conocerla, o incluso, quizá peor.

Algo que era evidente era que a Tae le disgustaba tener que ir por su medicamento, ya que para llegar al lugar dónde lo vendían debía pasar un mercado amplio, siempre repleto de vendedores ingenuos con chatarra barata y personas aún más ingenuas que decidían comprarlas. Eran todos simples charlatanes.

El peli negro metió las manos en las bolsas de su abrigo café y se movió entre las personas casi empujando. Unas cuadras antes de llegar se encontró con un pequeño puestesíllo que parecía ser de yerbas medicinales y cosas por el estilo. Una multitud rodeaba el puesto, maravillados con las palabras del vendedor que agitaba en su mano un frasco.

– ¡Se los prometo!, Sean testigos de las maravillas que puede hacer el contenido de estás pastillas...¡Que alivian cualquier dolor!– los murmullos y caras fascinadas de los demás eran notables– ¡Usted, alto ahí!– exclamó el hombre de mediana edad y harapos como ropa. Señaló a Taehyung que se giró con el ceño fruncido, negó con la cabeza y siguió su camino– ¡No, espere, espere!– se abrió paso entre la multitud y lo detuvo poniéndose en frente antes de que avanzara más– Alguien tan decaído como usted debe de estar sufriendo mucho– dijo aún con el frasco en mano– Yo le juro por mi vida, que sea cual sea su dolor ¡Esto lo sanará!– Tae bufó y trató de alejarse.

– Nada sana esto...¿Comprende?– Todas las personas se mantenían observando la escena y escuchando sus palabras.

– ¿Que es?, Dolor de cabeza, espalda, problemas de sueño, estrés, nervios...o quizá...¿un corazón roto?– sonoros sonidos de lastima hacia Tae se escucharon por parte de la gente y quiera admitirlo o no, eso último llamó su atención– Tome– le habló el hombre extendiendo el frasco– dele una oportunidad– Taehyung miró el frasco y su mano temblaba amenazando con aceptarlo, pero...¿A quién engañaba?. Por más que quisiera creer en eso, él sabía que el vendedor solo pensaba en su mercancía como basura falsa por la que los idiotas pagaban.

Y él no sería uno de esos idiotas.

Suspiró y rodeó al señor dejándolo con la mano extendida.

– Si él no lo quiere, ¡yo si!– habló un chico a sus espaldas, después otro le siguió y otro y otro, hasta seguramente llenar los bolsillos de ese charlatán.

                                 [...]

– Al fin, casa– dijo Taehyung para sí mismo en la entrada de su hogar, con una mano sosteniendo una bolsa de plástico con el frasco de su medicina. Verdadera medicina. Con la mano libre buscó sus llaves en el fondo de su abrigo, pero no solo encontró las llaves ahí dentro – ¿Que es...?, Agh ¡¿Es enserio?!– exclamó con otro frasco en mano. El mismo que le ofrecía el vendedor– Creí que fuí muy claro con esto, además, ¿por qué me daría esto gratis?, acaba de perder una ventana– se quejó abriendo la entrada. Cuándo iba a cerrarla alguien le empujó para que no lo hiciera.

– ¡Hey, Tae!, Vengo detrás tuyo– gritó su amigo entrando a la casa sin permiso, como ya era costumbre– y...como te fue en el mercadito del horror y la falsedad– preguntó con exageración sentado muy cómodamente en el sillón.

– Hola, SeoDam– saludó antes– ¿Tú qué crees?, Ya sabes lo que pienso de ese lugar– se alejó de su amigo para ir a la cocina por un vaso de agua, no sin antes poner ambos frascos en la mesa.

– Ya deberías acostumbrarte. Sería bueno que fueras a otra farmacia, te ahorraría muchos problemas– comentó ya de pie y cerca de la mesa. Él solía ser una persona muy activa.

– Sabes que la siguiente farmacia que tiene este medicamento está el doble de lejos que esta– soltó– No lo vale–

– oh, ¿Que es esto?– preguntó SeoDam refiriéndose a los frascos.

– Uno es mi medicina para el insomnio y el otro es algo tonto que dejó un hombre en mi bolsillo sin que me diera cuenta. Es solo otro de esos mentirosos– dijo dándole la espalda a su amigo en la cocina para servir su vaso con líquido puro y cristalino– ¿Puedes tirarlo a la basura por mi, por favor?– pidió para después tomar su agua. SeoDam asintió y arrojó el frasco al bote por Tae.

Ellos hablaron por un par de horas más hasta que oscureció y SeoDam debía irse. Él conocía toda la historia de Taehyung. Era buen amigo suyo y también alguna vez lo fue de su prometida.

Tae ya solo en casa apagó la luz de la sala y cocina para después tomar su medicina con un vaso de agua en medio de la oscuridad, dejándose guiar hasta su habitación con la nítida luz que pasaba por la ventanas. Se recostó acomodándose entre las sábanas sintiendo el efecto de las pastillas...pero, algo era diferente.

Por alguna razón, se sentía más cansado de lo que generalmente su medicina le hacía sentir. Taehyung se removió entre las cobijas estirando su mano hacia el lado frío y solitario de la cama, dónde antes había alguien. Sus párpados pesaron y el peli negro juraría que, a diferencia de otras veces, la cama no estaba tan vacía ahora.

Creyó por un momento haber sentido a alguien a su lado, y por más loco que sonara se sentía como el cuerpo de su chica nuevamente contra el suyo.

Aún así, Tae le quitó importancia, por qué además de ser imposible, él había imaginado eso tantas veces que quizá este era solo un efecto secundario. Sin embargo esos pensamientos se borraron cuándo claramente escuchó una voz susurrando a su oído. Esa voz que conocía bien...

– EunYeong...– la mencionó adormilado. Pero cuándo quiso reaccionar era muy tarde, sus ojos ya se habían cerrado sin poder comprobar nada de lo que escuchó o sintió esa noche.

⚕Beautiful illusion⚕ {Kim Taehyung/ BTS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora