Las últimas semanas en New York han sido las mejores de toda mí vida. Nunca me imaginé una experiencia muy bonita con la persona que siempre he admirado en mi corta vida. A veces, cuando me levanto por las mañanas y me veo al espejo, pregunto: "¿Esto está pasando de verdad?... o simplemente... ¿Es un sueño?.
Y es ahí, entonces cuando me pongo a pensar en muchas cosas, bastantes diría yo, los recuerdos vienen a mí. ¿Qué sería de mí sin la persona que quiero?, creo que la respuesta sería nada, y es justamente ahí donde me digo que "Siempre hay que saber apreciar a las personas que tenemos a nuestro lado". Pero ojo, "Sólo aquellas que se lo merecen, pueden tener nuestro corazón", y Justin era un ejemplo, sólo que él tenía más que mi corazón. Él se lo ganó de la forma más inexplicable, y no sabía la razón o el porqué, sólo sabia que el lo tenia.
Ayer fue San Valentín, creo que mi rostro dice más que todo. Había sido una maravillosa noche en todos los sentidos posibles. Estaba más que feliz. Las palabras para expresar lo que sentía no salían tan fácilmente. Daría todo de mí para tener más experiencias como éstas, me encantaría repetirlos y guardarlos para siempre, congelados en mí corazón.
Me vuelvo para acurrucarme al lado de Justin, el seguía leyendo sus cómics raros, pero al pensar eso, se me hacía imposible no pensar en lo tierno que se veía, se veía tan tranquilo.
Mis ganas me superan, tomo mi móvil de la mesita de al lado y abro la aplicación de Shots, pulso para tomar una foto de Justin y Yo, y la subo.
Status: "Te quiero mucho, gracias por todo♡".
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Al diablo lo que opinaran los demás, no dejaría que nadie me destruyera mi momento de "felicidad". Aunque cabe decir que realmente respeto a las beliebers de Justin, porque yo también me considero una, una belieber por siempre.
Finalmente, nos dormimos con una posición de cucharita.
Estúpida y jodida felicidad, me sentía mejor que nunca.
