𝐍𝐞𝐠𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 |GoнαɴхLecтorα| [Drαɢoɴ Bαll] (Oɴe-ѕнoт)

Parte única.

|Lo que empieza jugando...|

En la casa de la familia Son, más específicamente en la habitación del hijo mayor, estaba Gohan estudiando como de costumbre, o bueno, al menos eso era lo que todos creían. En realidad se encontraba recargado en su escritorio, con la vista dirigida en la ventana, empero, sus pensamientos no se remontaban allí.
Se preguntaba qué estaba haciendo ella, si quizás estaba igual de aburrida que él, o tal vez ella estaba estudiando seriamente... o pensando en él. Sin más, se sintió su rostro arder e intentó desviar sus pensamientos sacudiendo la cabeza, aunque su pulso acelerado y sus mejillas sonrojadas lo delataban.

Aún le costaba creer que se había enamorado por primera vez.

Es decir, nunca antes lo había experimentado, por lo que no sabía cómo lidiar con aquel sentimiento; ¡ni siquiera sabía cómo le había empezado a gustar! ¿Debía decírselo? ¿Debía callárselo? ¿O acaso debía esperar a que desapareciera esa sensación y ya? Era tan difícil, no tenía ni la menor idea cómo proceder. ¡Y es que tampoco entendía por qué se había enamorado justamente de ella! Era una chica un tanto arisca en algunos aspectos, le gustaba molestarlo y hacerlo ruborizar, y era entre aplicada y perezosa; además de eso, él no sabía demasiado de su vida personal. ¡Y eso era una de las cosas que le molestaba! ¡¿Cómo podía gustarle si no la conocía mucho?!

No lo podía entender.

Soltó un suspiro cansado y decidió intentar ya concentrarse de una buena vez; darle vueltas al asunto una y otra vez no le resolvería nada.
Ya un poco más despejado, abrió su libro para comenzar a estudiar, aunque, irónicamente, sus pensamientos se enfocaron en el día que era: treinta y uno de diciembre. Solo faltaban unas horas para que fuera año nuevo.
Suspiró. Bulma había decidido invitar a todos a su casa para celebrar, y toda su familia estaba feliz; Milk porque iría a la ciudad y no tendría que cocinar, Goten porque vería a Trunks y Marron, y Goku por la comida -obviamente-. Y él..., bueno, en realidad le terminaba de dar un poco igual; solo era un año más.

Lo único por lo que se alegraba era porque su padre estaba presente.

❰ ･ ❐ ･ ❱

No faltaba mucho para que la fiesta de Bulma diera inicio, por lo que su madre lo había mandado a arreglarse. Estaba un poco fatigado porque no quería asistir, pero tenía qué, desgraciadamente.
Terminó de atar su corbata y se miró al espejo, viendo el traje que traía, traje que no le gustaba usar ya que le era incómodo y sentía que la corbata lo asfixiaba; prefería usar mil veces su ropa holgada y anticuada. O al menos así le solían decir sus compañeros: que su ropa no estaba a la moda, que se vestía ya como una persona mucho más mayor; en sí, aquello ya le terminaba por dar igual cómo pensaran los demás de su aspecto.
Ella le solía decir que su ropa le quedaba bien, que ciertamente parecía un tanto ñoño, pero igual, también le daba un aire más intelectual. Y también le decía que los demás eran una bola de idiotas que se creían la gran cosa solo por tener dinero, que no les hiciera caso a sus comentarios.