¿Ghostbusters?

27 7 6
                                    

Rinaldo había vuelto a la vida. Era extraño pensarlo pues nunca le había sido del todo fácil sentir que había muerto. Quizás esa era la razón de que su espíritu se hubiera negado a abandonar el lugar en el que había muerto.

Y, aunque nunca se había preocupado en pensar todas las cosas que extrañaba de estar vivo, en el momento en el que pudo dominar el tangible cuerpo de aquel policía experimentó un deseo arrollador de comerse un buen gelatto. Sin embargo, sus renovadas papilas gustativas tendrían que esperar. ¡Su colega lo necesitaba!

Rinaldo se puso en marcha, listo para salvar a su inconsciente compañero de las fuerzas del mal. Y, por el camino, no permitió distracción posible que lo separara de su noble empresa, si no contamos la parada en una tienda de camisetas frikis para un cambio de look, la ruta por las cinco heladerías más famosas de la ciudad y un breve receso para armarse de todo lo necesario para salvar a su amigo: una linterna para entrar en una mansión oscura, un cubo de rubrik por si se aburría, y un par de bolsas de gomitas.

Pero por fin estaba allí, en la Mansión Batlori. Tan solo verla hizo que un escalofrío recorriera su espalda. Sin duda había algo siniestro en aquella casa, una presencia oscura y llena de rabia había poseído hasta el último ladrillo de la propiedad.

Las escaleras principales lo condujeron sin peligros hasta el pórtico, la puerta se abrió con un lastimero quejido, como si no se decidiera entre invitarlo a entrar o advertirle de los peligros que ocultaba tras de sí. Dentro todo era oscuridad. Rinaldo hubiera querido llamar y gritar el nombre de Luka, pero hacía al menos 200 años que no había sido capaz de pronunciar una palabra, probablemente por la forma en la que murió, pero esa era otra historia.

Sin embargo, y a pesar de no poder comunicarse libremente, no tardó en encontrar lo que estaba buscando, si bien no era exactamente lo que esperaba. Dos voces discutían airadas en el gran salón.

—¡Esto es todo culpa tuya! ¡Investigador de lo paranormal de pacotilla! Lo más cerca que has estado de serlo fueron los maratones de Ghostbusters—

—Layna entiendo que estés enfadada, pero no podemos pasarnos la eternidad con esta discusión— Y allí estaba la voz de su querido compañero.

—¡Que no pienso pasarme la eternidad contigo!—

—Pues tú me dirás que planeas hacer si estamos los dos atrapados aquí como espectros!—

—¡Espectro lo serás tú! Yo me voy de aquí—

Rinaldo notó una ráfaga de energía que pasó junto a él para chocarse de manera estrepitosa contra la puerta que para él se había abierto tan fácilmente.

—Te lo he dicho miles de veces— decía su compañero con voz cansada —estamos atrapados aquí—

—Pero yo tenía una vida por vivir. Estudios, amigos, todavía no había...yo no he... —Se hizo el silencio y por un momento Rinaldo pensó que lo peor había acabado —Maldito seas Luka Arnabat, tú y todo lo paranormal—

—Creo que si va a pasar la eternidad contigo ya está lo suficientemente maldito—

Al principio, ni siquiera Rinaldo supo quién era la persona que había verbalizado sus pensamientos.

—¿Quién anda ahí?—Dijo la voz de mujer.

De pronto, dos seres tomaron forma. Rinaldo no estaba seguro de por qué podía verlos, probablemente porque él mismo estaba muerto. Levantó la mano en un torpe saludo.

—Menuda entrada, ¿eh?—

De nuevo la voz. Solo que esta vez notó la vibración de sus propias cuerdas vocales.

—¡Posso parlare! Esto es magistrale. Por fin podré jugar al LoL, al WoW, al Fortnite y todos los juegos con micrófono y conocer a gente, podré cantar en la ducha, sto sognando—

—¿Rinaldo?— Preguntó su compañero.

—¡Luka! He venido a rescatarte. Pero no contaba con que te hubieras casado con un fantasma y te estuvieras pasando la luna de miel espectral discutiendo. Muy propio de ti, compagno. Y mira, tengo voz—

—Rinaldo, ella no es...— Trató Luka...

—¿Cómo que casado? Perdona que te diga, pero de casarnos nada. Este casanova de pacotilla hizo que un fantasma que odia los espejos nos atrapara en esta casa—

—Oh vaya, perdón, es que parecía pelea conyugal. Creo que en ese caso, me iré—

—¿Cómo que te vas, Rinaldo? ¿No habías venido a salvarme?—

—Sí, pero no hay nada que yo pueda hacer contra ese spettro infernale, es mucho más poderoso que yo, pero sabes, este siglo es meraviglioso. Estoy deseando comprarme una play station, ¿o mejor la Xbox? ¿Qué opinan?

—Cómprate un Xiaomi, es la mejor en relación calidad-precio del mercado— Respondió Luka.

—¡¿En serio, Arnabat?!— Replicó Layna.

—Lo siento, me invadió la cultura memística. Mira, no sé de quién sea ese cuerpo, pero debes ayudarnos a trascender...— Suplicó Luka.

—Lo sé, tu has tratado de hacer lo mismo por mí— susurró Rinaldo. —Debemos prepararnos, buscaré en la biblioteca o en el Internet, y ahora que tengo manos... ¡ya no tendré que picar las teclas del ordenador con la lengua!— 

—Espera... ¡¿Chupabas el teclado de mi laptop!? ¡Maldita sea Rinaldo!— Dijo un Luka furioso que se acercaba a él con puños cerrados.

—Jejeje, era divertido. Luka te juro que volveré enseguida, lo prometto— Exclamó el hombre italiano mientras huía de la mansión. 

Luka y Layna ni siquiera se molestaron en reanudar la discusión. Ambos se dirigieron a la ventana a observar al italiano marcharse, al menos ahora tenían una esperanza en el torpe amigo del bloggero paranormal. Pero no eran los únicos que estaban al tanto de ese "brote de esperanza", porque entre las sombras, el tercer espíritu los observaba atentamente y ya sus garras se mostraban impacientes de volver a despojarle la vida a Rinaldo.

—Nunca pensé tener tal nivel de suerte... Si lo hice una vez, lo volveré a hacer— Susurró para sí el espectro maligno mientras se desvanecía entre las paredes de la mansión.






NOTA: Este capítulo fue escrito en parte con @LauraAChaves. Muy buena escritora, deberían pasarse por su perfil y leerla. 

La mansión Batlori-ArnabatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora