De Gryffindors, Flash Backs e Historias Familiares.

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Era el primer año en el que Harry realmente estaba alegre de que terminaran las vacaciones. Hace un tiempo que le venían cartas a la casa en la cual vivía con sus tíos en Little Whinging, y por lo que sabía, iría a un colegio llamado Hogwarts. Sin embargo, ya estando en King Cross, todavía no podía encontrar la parada del tren; ya le había preguntado a un guardia, este solo bufó, diciéndole que se vaya a engañar a otro. A lo lejos logro divisar una cabellara rubia que reconoció al instante: Draco. Draco había sido amigo de Harry desde hace unos cinco años y, aunque estaba algo molesto con él por cómo había descripto a Hagrid en la tienda de túnicas, recordaba su encuentro como si hubiese sido ayer…

Flash Back-

Harry corría con toda la energía que tenían sus piernas. Dudley, su primo con su misma edad pero con una fisionomía completamente diferente, lo estaba persiguiendo junto a su inseparable amigo Piers. Harry corrió y corrió, trepó como pudo una colina que jamás había visto en su vida, pero poco le importaba a dónde iba con tal de perderlos de vista. De repente, y sin ningún tipo de aviso, el Potter tropezó con unos arbustos perfectamente recortados aunque, contra todo pronóstico, no sintió dolor por los golpes y rasguños de las ramas; si es que no se contaba el leve cosquilleó en el estomago y la piel. Le hubiera prestado atención a ese raro sentimiento, si no fuera porque en ese momento Dudley y Piers acababan de llegar y miraban todo el lugar como si Harry no estuviese a unos pocos metros y en plena vista.

-Hey, D, creo que deberíamos irnos. Tu primo no está y…- Polkiss parecía aterrado, y pronto descubrió que las aniñadas facciones de cerdo de su primo palidecían viendo algo detrás de él.

-…la mansión del fantasma…- Escuchó al Dursley susurrar y casi sentía como el escalofrió recorría a los dos niños; a él solo le daba gracia el ridículo nombre. Harry se dio la vuelta para ver lo que tanto los aterrorizaba y pronto se quedo sin aire. No por miedo. Oh, no; sino por la belleza del lugar. Podía ver varios de los pequeños arbustos perfectamente recortados como con el cual tropezó, el césped era de todos los verdes imaginables; flores de todo tipo, aunque abundaban las rosas blancas. También había varias aves extrañas de color blancuzco que Potter no pudo identificar como más que pavos reales, pero blancos. La mansión, la cual ocupaba mucho más espacio del posible, era enorme, de distintos mármoles y muchos vitrales transparentes como el cristal. Cuando volvió su vista al suelo, vio a una persona; mejor dicho, un crio. El chico tenía cabellos tan rubios que los reflejos que causaba el sol le hacían ver casi blancos, su piel era increíblemente pálida y estaba jugando con una vara, imaginándose una pequeña guerra con dos de los pavos reales. Harry sonrió, ese niño le hacía acordar a sí mismo, cuando jugaba con los soldaditos bajo la alacena; por lo que el primer pensamiento del azabache hacia él fue que el chico debía de sentirse muy solo. Pronto los ojos grises del niño le observaron, ninguno de los dos se alejó del otro. De hecho, se acercaron todavía más; el niño desconocido le sonrió y le tendió la mano medio abochornado por ser descubierto jugando  con los animales. Esa fue la primera vez que vio a Draco Malfoy; y él no se sintió capaz de no darle la mano al otro niño.

Fin Flash Back-

-Draco, que suerte que te encontré, ¿qué haces en un lugar lleno de muggles? ¿Sabes dónde está la estación?- El rubio lo miro con una mala cara que hizo reír a Harry.

-Te dije que te acostumbraras a decirme Malfoy. Yo Malfoy, vos Potter; ¿entendido?- Harry refunfuño, todavía no le agradaba la idea que Snape había tenido acerca de llamarse por el apellido del otro.

-Está bien, pero que quede claro que no me gusta esa idea. Aparte es nuestro primer año, ¿por qué tenemos que conocer a más gente?- Draco ignoró su pregunta, respondiendo las anteriores.

Rival Houses, Perfect Love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora