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Tanto el líder encapuchado de rojo y sus subordinados se encontraban arrastrando el cuerpo de un joven de aspecto veraniego, Tez blanca y cabello... bueno, estaban arrastrando a Tom.

Sí, al ex, muy ex mejor amigo de su jefe, el mismo que le había arrebatado el brazo y el ojo a Tord Larsson.

Aunque pensándolo bien, estaban sorprendidos de que su líder no hubiese matado al chico en el instante en que lo vio, pues ellos ya habían visto tales ataques de ira en presencia del mismo. Aunque por otro lado estaban felices de que esté no hubiera armado un alboroto.

Una vez terminaron de arrastrar los cuerpos inconscientes del grupo que buscaban, los colocaron en la camioneta muy cuidadosamente y después prosiguieron a subir a la parte del frente.

Eh... Tord, ¿estás bien?_

¡Pero por supuesto que estoy bien!, ¡Mejor que nunca!, ¡En especial por qué mis amigos de la adolescencia y los culpables de los mayores sufrimientos por los que he pasado están tirados en la cajuela y si estuvieran despiertos aún intentarían asesinarme!
Y mejor que nada, me siento extremadamente bien por qué NO LOS PUDE MATAR POR MI MALDITA DEBILIDAD, ¡AHHH!

El dúo de jóvenes se quedaron viendo a su jefe perplejos, a decir verdad, estaban un poco asustados, pero más que nada, extrañados. Casi nunca podían ver a Larsson mostrando sus "sentimientos", de forma tan "abierta", más que la vez que se quedó sin brazo.

Así que ahora proseguiremos a llegar a la base, bajar los cuerpos, dejarlos en el laboratorio para no dejarlos morir, e interrogarlos para saber si ellos tienen algo que ver con la plaga de zombies que, sabemos es nuestra culpa, pero no sabemos cómo se esparció._

Con el paso de las horas, aquella camioneta completamente armada y con 6 jóvenes ya no tan jóvenes arriba de ella, comenzó a arribar hacia la gran base militar que, ocultaba el de pelos con cuernos, en el desierto.

Llegaron e hicieron todo lo que habían dicho, algunos soldados llegaron y se llevaron los cuerpos a los laboratorios, los estabilizaron, y tanto Larsson cómo sus compañeros se fueron cada quien a su respectivo cuarto.

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Tord estaba sentado en su cama, por primera vez en mucho tiempo, con la mente en blanco. No quería pensar en todo lo que había pasado, y más que nada, no quería tener miedo.

Ya no le iba a tener miedo a Tom.
El ya NO ERA ESE TORD.

// Corto pero ando inspirado

Fuck You / TordTom Donde viven las historias. Descúbrelo ahora