Muérdago

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Primero quiero agradecer al grupo "Sociedad de artistas Unidos por el IronStrange" porque de ahí obtuve los tags para realizar este pequeño "evento" espero les guste.

Stephen Strange, un joven príncipe se había enamorado hacía algún tiempo de un chico de grandes ojos marrones. Mirar ese ojos era una de sus cosas favoritas en este mundo. El chico que le había robado el corazón era Anthony Stark, el hijo único de unos reyes extranjeros.

Es ese momento no podía sentirse más feliz pues el chico y sus padres asistirían a una cena que se celebraría en su reino.

Stephen cabalgó varias horas, buscando una sola cosa; un muérdago. Quería conseguir uno tan perfecto como Anthony y así poder besarlo en la Nochebuena. Faltaban apenas unas horas y varios invitados ya habían comenzado a llegar pero Stephen aún no encontraba el muérdago ideal.

Tony entró al palacio detrás de sus padres y fueron recibidos por los reyes locales pero no había ni pista del príncipe hasta que las puertas volvieron a abrirse y vio a Strange entrar, jalando un poco de sus prendas para acomodarlas pues en la rápida cabalgata de vuelta al palacio se había desaliñado un poco.

Sus miradas se encontraron un par de segundos antes de que el recién llegado se retirará a saludar a los invitados, pasando entre diferentes personas pertenecientes a la nobleza.

  -Anthony-.

Cuando estuvieron frente a frente ambos hicieron una leve reverencia.

  - ¿Qué hacías afuera?-. Preguntó curioso el más bajo. -Tus padres van a molestarse contigo por llegar tarde-. Y entonces le sonrió.

Esa sonrisa era malditamente hermosa e hipnotizante.

  -Buscaba algo-. Estiró su mano al otro chico sin dar más explicación. -Sigueme-.

Tomados de las manos salieron hasta el jardín del palacio que era cubierto por una delgada capa de nieve. Tony sonrió, le agradaba el clima y su compañía no podía ser mejor. Se mantuvieron en total silencio varios minutos hasta que Stephen carraspeo, llamando la atención de Tony.

  -Yo... quería-. Comenzó a sentirse nervioso.  Buscó con rapidez en sus bolsillos. -Tony yo...-. Encontró el muérdago y lo sacó, increíblemente estaba intacto. -¿Tú quisieras...-.

  -Sólo ponlo sobre nuestras cabezas de una vez-. Comentó divertido y después rodeó el cuello ajeno con sus brazos. -Anda-.

Stephen estiró su brazo hacía arriba, colocando el muérdago sobre ellos.

Mientras dentro del palacio todos los nobles hacían un brindis para festejar la llegada de un nuevo año, afuera los jóvenes compartían un cálido y suave beso, todo aquello era salido de un cuento de hadas y ambos estaban dispuestos a seguir viviendo en uno.

Años después Stephen volvió a llevar un muérdago en esa misma fecha, pero esta vez no quería robarle un beso, esta vez fue una propuesta de matrimonio que Tony aceptó sin pensarlo dos veces.

La tercera vez que Stephen vio un muérdago fue un año después de su compromiso con aquel príncipe, esta vez lo había llevado Tony y sólo podía significar una cosa, su amado castaño estaba en cinta.

Navidad IronStrange 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora