03: ¡Joder!

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Otis.

La campana suena despertándome de la aburrida clase de literatura, todos tomamos nuestras cosas y vamos hacia la puerta, pero siempre pasa algo.

— Skirth- me llama el profesor Ramírez.

< Dios dame paciencia. >

— ¿Sí?- digo girándome hacia el robusto hombre.

— Castigado.

— ¡¿Qué?!

— Como oyó- este me debe de estar jodiendo.

— ¿Me está tomando el pelo, profesor? 

— No, eso se gana por estar durmiendo en la clase.

— Solo me quedan dos semanas aquí, ¿lo cree necesario?

— Bueno, tómalo como un momento para despedirte de la institución- que cerdo-. Tres días- ¡este tipo está loco! 

— Claro.

Me marcho antes de soltarle muchas, muchas, pero muchas palabras a ese hijo de la real mierda.

< Esa es una. >

Camino rápidamente chocando con varias personas, no me disculpo estoy un poco molesto con ese desgraciado.

< ¡Uy van dos! >

Llego a mi auto y no veo señales de Valkiria, así que abro la puerta de mi auto colocando mi mochila ahí, respiro unos segundos. No quiero tener un accidente por ese infeliz de Ramírez. 

< Van tres Otis. > 

< Deja de contarlas. >

Enciendo el auto dispuesto a irme sin ella y siento un golpecitos en la ventana del copiloto.

Abro el seguro y ella sube con su ceño fruncido.

— ¿Me ibas a dejar?- no puede ser.

— Te dije que si no estabas aquí me iba sin ti- me excuso.

— Ahg- dice en frustración.

Gran argumento, Val, gran argumento.

Salgo del  estacionamiento velozmente ya que Rose debe de estar por salir también, y no le gusta esperar, ella es muy clara en eso. 

A veces parece una niña pequeña e inocente, pero en otras circunstancias parece de unos quince años, no me imagino de cómo será cuando tenga mi edad. 

Me quedo al frente del Kínder a esperar que ella salga, veo como los niños salen con sus padres y cuando veo su melena castaña cerca quito los seguros del auto.

— Pásate para atrás- le digo a Valkiria.

— Claro, perdón- dice ella quitando la vista de su teléfono y colocando su trasero en mi cara para pasarse al asiento de atrás, eso no me molesto para nada.

Mi hermana sube en el asiento del copiloto y ni siquiera saluda a Val, lo que me parece extraño ya que ambas se llevan muy bien.

— ¡Joder la odio!- suelta mi pequeña hermana.

— ¿Qué te dije sobre esas palabras?- le digo sin saber el porqué la dijo. 

— Es que le odio Otis, es una maldita bruja con preferencia.

— ¿Dónde escuchaste esa palabra?

— Cuando maldices lo escucho desde mi cuarto.

Escucho una bocina detrás y sé que debo moverme.

Bendita NiñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora