A veces no importa que tan enojadas y llenas de rencor estemos por dentro que nos haga hablar mal de ellos y soltemos groserías maldiciones y les echemos la culpa de todo, ay que reconocer que son ellos los que a veces están ahí para nosotras a pesar de todo, como un amigo, novio, hermano o conocido como abuelo o como padre no importa, en nuestros momentos más difíciles están ahí cuidándonos hablándonos, dándonos consejos a pesar de lo complicados que sean y ni ellos mismos sepan que decir, solo extienden su hombro para que lloremos, porque nos dan un abrazo cuando lo necesitamos y nos sentimos tan seguras y protegidas en ellos que en ese momento nada más importa y pensamos que es un escudo donde nada puede pasarnos, donde nada nos puede hacer daño porque cuando estamos enojadas tratan de calmarnos, y a veces no reprochan nada y solo guardan silencio, cuando tenemos la culpa de algo ellos se la echan, son unos monstros y siempre al comienzo todo es perfecto único y siempre es el mismo final desastroso doloroso siempre terminaran mal las cosas no importa cuántas veces lo disfracen o cuantas veces mientan para ocultar las cosas todo terminara mal, todo terminara en olvido y soledad pero ay que reconocer que siempre están justo en el momento cuando los necesitamos, y vamos a ser realistas no importa cuánto tratemos y nos digamos no y lo neguemos siempre vamos a enamorarnos de ellos es difícil e imposible no hacerlo de alguna manera u otra tiene que pasar.
