¡Un Tritón! [ Sterek ]

Capitulo 1

Era estresante tener que pasar las que serían sus vacaciones solucionando los problemas de sus vecinos de al lado. Pero quién le mando a ofrecer su ayuda cuando en realidad lo que quería hacer era ir a la playa, quedarse allí hasta el anochecer y tuviera la necesidad de regresar a su habitación.

"Querido, gracias por tu ayuda. No tenemos con que pagarte ahora, pero si necesitas de nosotros no dudes en venir a vernos, cariño". Habló la tierna abuelita después de ver que el joven que amablemente se ofreció a ayudarlo terminará de arreglar la tubería que su bobo esposo había accidentalmente malogrado.

"Yo lo hubiera arreglado igual, mujer. No veo por qué molestar al joven con esto si yo estaba aquí para reparar lo que yo mismo ocasione". Exclamó su esposo Bob un poco molesto. Su esposa no confiaba en él para hacer algo sencillo, se sentía algo dolido, pero entendía que su mujer vería por su seguridad y no permitiría que hiciera un trabajo tan pesado.

"No se preocupen señores, estoy para servirles". Le dijo Derek con una pequeña sonrisa.

"Y cuéntanos, cariño. ¿Que te trae por estás islas?". Preguntó la amable mujer mayor alcanzando un vaso de agua a Derek. "Es un lugar algo alejado para la civilización a la que están tan acostumbrados los jóvenes de estos días".

"Vacaciones, señora Any". Explicó Derek tomándose un tiempo para beber todo el contenido del vaso de agua de un solo trago. En verdad tenía sed. "Quería tener un momento de paz y alejarme un poco del trabajo".

"¡Oh, cariño!". Exclamó la señora Any con el rostro algo angustiado. "Y nosotros molestando con nuestras cosas, discúlpanos por interrumpir tu descanso".

"Ves, mujer. Bien lo hubiera hecho yo sin molestar al muchacho". Dijo su esposo haciendo fruncir el ceño de la mujer mayor.

"Cómo ya les dije, no me es ningún problema para mí ayudarlos". Interrumpio Derek al ver qué se avecinaba una pelea entre ambos, dejo el vaso en la encimera de la cocina tomando después sus cosas del suelo. Se le estaba haciendo tarde, si no se iba de una vez perdería su tarde de pesca tranquila. "Me tengo que ir, fue un placer conocerlos".

"El placer es nuestro, cariño". Lo acompañó la señora a la puerta. "Cuando necesites algo no dudes en pedirlo".

"Gracias por la oferta, señora". Derek se despidió de ella con un beso en la mejilla y le dio un apretón de manos al esposo de la señora junto a un gesto de despedida.

Una vez fuera de esa encantadora casa, se dirigió al camino que lo llevaría a la zona de pesca. No era tan lejos de donde estaba pues solo tenía que caminar diez minutos y llegaba.

Una vez allí, se acomodo en el gran muelle, sentándose en la orilla de este con sus pies casi tocando el agua, dejo a un lado la carnada que utilizaría y empezó ajustar la caña de pescar. Cuando todo estuvo listo, se acomodo y dejo que el tiempo pase hasta que pescara algo. Está actividad era una de sus favoritas. Gracias a ella aprendió hacer paciente, a mantener la calma y relajarse.

Todo en el lugar estaba tranquilo, solo se oía el pequeño oleaje del mar, el viento soplar y un ave ocasional.

Había pasado media hora desde que llegó y aún no pescaba nada. Derek decidió poner más carnada y volver a esperar. Algún pez tenía que caer, ¿verdad?

Después de un tiempo se escucha un pequeño chapoteo, Derek busca el lugar del sonido pero no había ningún pez a la vista. Se volvió a escuchar el chapoteo pero está vez del otro lado. Derek volvió a repetir la acción, pero otra vez ese chapoteo cambio de dirección.

Se levantó para observar mejor pero no se podía distinguir nada extraño desde donde estaba, todo estaba tranquilo y hasta el chapoteo se dejó de escuchar. Se encogió de hombros y volvió a sentarse para poner más carnada. Así pasaron unos minutos hasta que volvió a escuchar ese sonido de chapoteo al lado derecho de donde estaba, volteó su cabeza a esa dirección pero no había nada.