tengo una hoja violeta escondida detrás de mis pieles,
está seca y se quiebra
erosionando esparcida,
detenida me mira
aplanada la hastía.con los labios hundidos
sobre la hoja distante
devora ruidosa los fantasmas del tiempo
que la agrietan y la cubren de pergaminos
para adornar sus poemas,
a falta de letras se quedan inquietos
los tristes poetas
y a su vez se refugian de los sencillos humanos
que se deshacen viviendo
y acaban siendo los que cortan las flores que guardan en sus libretas.
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Quédate que no he dormido nada
Poesiatengo un par de neuronas que me dejan dormir hasta las siete.