Capítulo 1

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¡Despierta!

¡Stiles despierta!

¡Stiles despierta se te hace tarde para ir a la escuela!

En el momento en que escuché a mi padre gritando y tocando la puerta abrí mis ojos, tallándolos con mis manos para desperezarme, me levanté de la cama y fui directo al baño, cuando cerré la puerta me quité y voté toda mi ropa en el piso, luego me metí bajo la regadera, importándome muy poco si estaba fría o no el agua...
Empezó a tallarse el cuerpo lentamente; como si no tuviera prisa para ir al colegio, porque nadie lo esperaba ahí, ni nadie se preocupaba por él...
Y así su mente fue quedando en blanco...
El suave tacto de la esponja contra su cuerpo y la lluvia artificial  que caía en el, le hizo olvidarse de todo lo que le rodea, como si el estar bajo esa lluvia hiciera que su cerebro dejara de emitir el sonido de los engranajes trabajando y por unos momentos descansara...que estuviera tranquila...sin estar bajo presión...
...olvidándose de todo el caos que ha sido su vida desde hace dos años.
Pero todo se complicó desde hace 2 meses, donde prácticamente su Alma, Mente y Corazón fueron destruidos, aunque si es de culpar a alguien...sería el.

Solamente de él....

En el primer mes, Dormía por lo menos 4 o 3 horas por día, no se alimentaba adecuadamente (de cualquier forma no lo hacía bien desde hace mucho tiempo), tenía constantes ataques de pánico, oía voces; pero solo llegó a identificar una...la de Claudia...su madre, pero en general todas susurraban cosas, o incluso llegaban a gritar haciendo que tuviera constantes dolores de cabeza. Pudo llegar a distinguir que la mayoría de las voces eran de mujeres y el resto eran voces de hombres.
A veces sentía que podía comunicarse con ella de una manera muy inusual, ya que en sus sueños es como si el hablar estaba prohibido, y la única manera de comunicarse era mirándose a los ojos, muy ilógico si se lo preguntan ya que al momento de despertar no recordaba su rostro, ni el color de sus ojos o cabellos.
En ocasiones creí que es un parpadear de ojos las veía enfrente de él, en el bosque, en los pasillos de la escuela o en la carretera, cabe resaltar que cuando las veía en este último lugar iba en el jeep, y por poco ( siempre) tenía un accidente.

En el segundo mes todo iba normal hasta que en dos días después, las voces empezaron a agitarse... gritándose unos contra otros, entendiendo muy poco (o más bien casi nada) lo que se estaban gritando.
Hasta que todo es conjunto solo gritaron, cinco simples y precisas palabras.

NO LO DEJES ENTRAR STILES!!!!

Fueron las últimas palabras que escuchó, de pronto todo estaba en total silencio.
No iba a negar que a Stiles le dio demasiado miedo. Pero quedo en shock al momento de escuchar un pequeño susurró...

Era pequeño y escalofriante, pero lo decía con tal calma y suavidad que simplemente no supo que hacer en ese instante.

Déjame pasar Stiles.. escucho claramente que la voz venia de afuera de su cuarto, algo dentro de él (o eso pensaba él) le advertía que no abriera la puerta...pero su curiosidad pudo más que ese presentimiento.
Se acercó lentamente, puso la mano en la perilla y la fue girando con tanta lentitud , y cuando escucho un clic abrió la puerta y salió con tanta precaución que, cuando vio que no había nada ni nadie creyó que solo había sido su imaginación.

Pero justo en ese momento algo cambio, algo tan insignificante que ni siquiera él se dio cuenta.
Y fue (para desgracia de él ) demasiado tarde. En tan solo una semana su salud fue en picada, no solo la física sino también mental.  Casi mato a su profesor finstock, a su padre y la mayoría de los oficiales que estaban en la comisaría y por poco también estudiantes que iban en el autobús.
Por suerte la Manada de Derek y Scott no sabían que había sido él... a excepción de Alan Deaton.

Cerré la llave de el agua y salí de la ducha, enredé una  toalla en mi cintura, salí del baño y me acerqué a mi armario. Saque un jeans algo flojos, una playera color gris y una camisa a cuadros de color rojo y negro, me puse unas vans de color negro; tomé mi mochila y baje a la sala de estar. Me acerqué a la cocina viendo que mi papá ya no estaba, solo había una nota y el desayuno.
                               
                      Desayuna hijo,
                trabajaré turno doble
                            Te amo.
                            *Papá

Tome las llaves de la casa y salí de ella, me dirijo a mi jeep, abro la puerta y subí en el. Lo encendí y lo puse en marcha, directo a la escuela.

Empezando otro día común.

Sin nada ni nadie a mi lado que pueda hacerme daño.

Simplemente solo, y es mejor así.

Eso era lo que él creía.

Llegaría algo o más bien alguien que le abriría los ojos, de la manera más dolorosa, triste y decepcionante...

Que lo único que querrá hacer, sería escapar de su realidad. 


Naye ❤️

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