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Mi niña te ves tan linda dormida que anhelo estar en tus sueños protegiéndote como en la vida real, puedo sentir que la horrible noche te está poniendo tan fría como un hielo, pero no te preocupes yo te llenaré de tanto amor que no tendrás que volver a temblar en las noches.
Apenas te mueves, simplemente te quedas al centro de la cama cómo la princesa que eres. Todas las noches en las cuales te acompaño me quedo en la orilla viendo tus hermosas pestañas castañas y tus labios delgados que se están poniendo azules.
¡Debí ser más cuidadoso!
Tomo varias mantas poniéndolas encimas de ti haciéndote un taquito andante. No importa cuántas veces tenga que repetir lo mucho que te amo pues eres la persona más importante de mi vida, voy a procurar tu bien hasta que yo me muera.
Aunque si te soy sincero sigo sin perdonar que te encontré con Rubius, llevabas tiempo engañandome yo lo sabía desde hace mucho tiempo y no dije nada por respeto. Pero llegó un punto donde me cansé, tal vez la gota que derramó el vaso fue que susurraste entre sueños el nombre de otro hombre.
Por eso debes de entender que no pude evitar golpearte, estaba tan enojado por tus aventuras tan locas con ese animal que solo quería herirte y mira nada más, ahora estás tan tranquila como siempre debió ser.
Recuerdo la primera noche en la cual dejaste de moverte, había tanta sangre en las mantas que tuve que limpiarlas en ese instante para evitar señalamientos malvados de esos habitantes metiches. Cuando preguntan por ti no dudó en decirles que estas en cama durmiendo eternamente y como en los cuentos de hadas me esperabas con los brazos abiertos.
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—¡Abre la puerta, Lolito!
Unos golpes en su puerta le llamaron la atención, Mangel estaba tan frío que no pensaba en dejarlo. Después de un rato se escuchó como tiraron su puerta y los integrantes de Karmaland entraron viendo aquella escena.
—Lolito...-intento hablar Vegetta, quien cubrió su nariz al sentir un olor putrido
—¡Calla que mi niña está dormida!
Se aferró al cuerpo de su amado que no despertó seguía sin despertar, Aunron se acercó hasta Lolito y tomándolo del rostro obligó a juntar sus miradas.
—Lolito, Mangel está muerto.-su tono de voz fue cálido, trataba de hacerlo razonar.
—No, solo está descansando.
Recibió una mirada de lastima, su psicólogo se alejó y Fargan tomándolo por los brazos colocó unas esposas en sus muñecas. Rubius lloró como nunca al ver el cuerpo de su amado, en un arrebato saco su espada y perforando su estómago apagó la vida en su cuerpo.
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Si alguien sabe quién es el artista original de las imágenes no duden en decírmelo para ponerlo en los créditos.
