Bruja Escarlata

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Otro día más que tengo que ir a trabajar, debí haber conseguido un mejor trabajo que el de mesera pero que más puedo hacer, no haber terminado de estudiar me hace tener que conformarme (por ahora) a trabajar en ese restaurante durante 5 días a la semana con un sueldo miserable.  Suelto un suspiro y salgo de mi departamento y luego del edificio, con el sueldo apenas me alcanza para pagar el departamento y mis comidas, es un milagro que siga viva después de tanto. Llevo varios años trabajando en el restaurante y teniendo algunos trabajos extra para poder supsistir, todos los días es lo mismo me despierto, me visto y voy a trabajar, paso unas 10 horas  y luego regreso a mi casa solo para lavar mi ropa o arreglar un poco, así son todos mis días.

Las calles están frías y desiertas, son apenas las 7:30 de la mañana pero me sorprende casi siempre hay mucha gente caminando por las calles para llegar a sus trabajos sin embargo hoy no hay casi nadie en las calles. Continuo mi caminata hasta el restaurante cubriendo mis manos en mis bolsillos para evitar el frío, escucho conversaciones a mi alrededor mientras camino; a veces me siento ajena a está ciudad y a este lugar, no tengo amigos y con las únicas personas con las que hablo es con los clientes para ver que desean comer. 

Después de caminar varias cuadras giro a la derecha en la esquina, a mitad de la calle veo el letrero del restaurante y con un ultimo suspiro me encamino para entrar. Todo está como cada mañana, mesas ya dispuestas y todo preparado para recibir a los clientes que deseen desayunar y el olor a comida de siempre.

Entro rápido y voy hacia donde siempre dejo mis cosas en los casilleros en la parte de atrás del restaurante. Llego para encontrarme a Marisa, una de mis compañeras, es muy bonita pero a veces demasiado engreída lo que a mi me causa gracia por el hecho de que trabaja en un restaurante tan simple.

-Hola Marisa- dije caminando a mi casillero con las llaves en mano.

-Hola Luna.

Sin decir nada más Marisa sale del lugar y me quedo sola, abro el casillero y saco mi playera, mi libreta y una pluma; me pongo rápido la playera y meto mi bolsa junto a mi blusa. Pongo mi celular en el bolsillo del pantalón y salgo al restaurante. Richard, el gerente y mi jefe directo, está junto a la caja registradora hablando con la cajera cuando alza la vista deja de sonreír y me observa con atención.

-Luna pensé que llegarías tarde, otra vez - dice con voz grave y ronca. 

-No, ya aprendí la lección Richard - conteste caminando hacia Jake, otro mesero.

Él me mira y me sonríe amablemente- Hola.

-Hola Jake.

Hablamos un rato mientras esperamos que empiecen a llegar los clientes, conforme se pasan las horas el restaurante se llena, a eso de las 3 de la tarde solo quedaban unas cuantas mesas vacías mientras me muevo repartiendo comida y tomando pedidos cuando escucho risas en la entrada y entonces descubro a un grupo de 5 personas. Busco a Marisa o a Jake pero están ocupados por lo que mientras ellos se sientan en una de las pocas mesas vacías yo me acerco para dejar la carta y luego tomar su orden.

Al llegar frente al grupo veo a dos chicas, una pelirroja y otra con el pelo castaño rojizo, los otros tres son hombres, uno rubio de ojos azules con una sonrisa amable, otro de piel negra con una expresión divertida en el rostro y otro de pelo corto castaño con una sonrisa burlona. Se notaba la diferencia de edad entre cada uno pero se veía se llevaban bien, suspire y dije:

-Buenas tardes, bienvenidos a Rudy  & Chase aquí les dejo las cartas y volveré en un momento para tomar su orden.

Él chico rubio me sonríe y dice- gracias.

Marvel One ShotsWhere stories live. Discover now