Vida ordinaria, trabajo ordinario

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"Me parece increíble que a mis 35 años este casado con un alfa que me ama por sobre todas las cosas, en especial tomando en cuenta que soy un omega cuyo físico es similar al de un alfa de sangre pura, pero esta es mi vida y la verdad es que amo al hombre que durmiendo a mi laso esta.

No recuerdo cómo es que nos conocimos, esas memorias las perdí debido a un accidente muy tonto que sucedió. Aun asi agradezco infinitamente a la vida por tener a tan lindo alfa a mi lado.

Con él llevo casado 15 años y también con él tengo un hijo, uno al que amo demasiado porque se parece mucho a su padre alfa".

-Erwin, ¿A qué hora despertaste?-Los brazos de aquel alfa se enredaban en la cintura de su esposo omega.

-Hace poco-Observando los ojos miel de aquel alfa.

-Debiste despertarme-Un beso en los labios de Erwin, uno correspondido.

-Te veías tan tranquilo durmiendo que no tuve el valor para despertarte-Poniéndose de pie aquel alfa.

-No importa ¿Ya te has bañado?-Levantando la ropa dejada en el suelo, aunque permaneciendo desnudo.

Así era como Erwin Smith miraba el cuerpo de su esposo que aunque no era tan musculoso como el suyo, no estaba de mal ver.

-Se te va a caer la baba si me sigues viendo de ese modo-Acercándose peligrosamente hasta el rostro de Erwin-¿Quieres que te lo haga de nuevo?

Una traviesa sonrisa e Erwin se sonrojaba tanto al escuchar las palabras de su esposo alfa.

-No te pongas como un tomate, es una broma. Tengo que irme ya o llegare tarde-Despidiéndose del rubio omega.

Aquel alfa de nombre Jean entraba al baño que en su recamara estaba, dejando a su esposo tan ruborizado.

Erwin por su parte, tomo sus cosas para vestirse. Después bajo hasta la cocina en donde un joven de ojos avellanados y cabellera rubia estaba almorzando.

-Te levantaste tarde, madre-Un beso de buenos días en la mejilla derecha de su hijo.

-Es cierto, pero es fin de semana y no tengo trabajo que hacer-Fruta picada estaba sobre la mesa así como algunos panecillos con mermelada-Farlan, deberías almorzar algo más sustancioso, estas cosas no son buenas para un joven como tú.

-Me dio flojera prepararme algo para almorzar y preferí rebanar algo de fruta, los panecillos con mermelada no saben tan mal por las mañanas e hice un poco de café-Erwin negaba.

-No tienes remedio-Pocos minutos después los pasos del alfa de la familia se escuchaban al descender por las escaleras.

-¿Vas a trabajar, padre?-Desde la cocina aquel joven miraba a su padre.

-Regreso al rato-Unas simples palabras y Jean se retiraba de su hogar-Parece que sigue enojado conmigo.

-No debiste alzarle la voz, es tu padre y debes respetarlo aunque no te guste su forma de ser-Aquel joven miro su comida.

-Pero no es justo que no me deje hacer las cosas que me gustan, no es como si me fuera a pasar algo malo solo con ir a una fiesta de bienvenida para los recién ingresados-Erwin sonrió enorme.

-Tú padre tiene sus motivos para ser tan sobreprotector contigo. Deja que al menos que cuide de ti-Aquel joven asintió, aunque no estaba convencido de obedecer a su padre.

Un inicio muy común en una familia cualquiera dentro de una ciudad enorme donde las personas rara vez coincidían.

-¡LA PUTA MIERDA, EREN! ¡¿DÓNDE MIERDA ESTA MI OTRO ZAPATO?!-Lejos, en una zona rural se apreciaba la figura de un omega de bella mirada ámbar el cual estaba recogiendo su hogar.

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⏰ Última actualización: Jan 01, 2020 ⏰

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