[PREFACIO]

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Park Chanyeol es solo uno más del centenar de profesores de literatura que han tenido que mudarse al extranjero por cuestiones de trabajo. Y aunque París no es un mal lugar para pasar las fiestas decembrinas, él realmente se encuentra un poco decaído luego de enterarse de que no tendrá vacaciones, y por ende, pasará otro fin de año solo.

Con su esposo y compañero de vida, Byun Baekhyun, al otro lado del mundo, no está muy seguro de querer preparar la cena y abrir una botella de vino tinto para celebrar alguna cosa.

Siendo honesto, no quiere celebrar en lo absoluto.

Pero luego de una corta e intensa charla con su madre, Chanyeol decide que tiene que hacerlo. Tiene que celebrar por ella y por Baekhyun. Para que no se preocupen. Pero también tiene que hacerlo por él mismo. Por Chanyeol. Para levantarse el ánimo y sobrellevar la soledad con la que ha estado lidiando.

De algún modo, el hecho de ponerse un pijama calientito y cocinar un platillo simple y rápido que le haga revolotear el estómago, parece una buena idea. Por lo que unos fideos instantáneos no tardan en ser puestos a hervir en la estufa.

Mientras responde a los mensajes amorosos de su esposo, Chanyeol se recuesta en el sillón a esperar que el reloj marque las doce.

Hoy más que nunca le resulta inevitable escuchar con atención el movimiento pausado de las manecillas.

El tic-tac del reloj que cuelga en la pared del departamento.

El tic-tac del reloj abrochado en su muñeca izquierda.

Chanyeol suspira y cierra los ojos brevemente.

Cuando sale a la azotea, con la brisa fresca empapándole el rostro descubierto, piensa que puede pedir un deseo al cielo iluminado por los fuegos artificiales.

Pero tiene que ser uno bueno.

Uno bueno como tener a Byun Baekhyun aquí. Junto a él. 

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Sí, ese debe ser el deseo correcto.

Envíame Un Mensaje De Texto °CHANBAEK°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora