NoAh : King's Desires

II

- Bien- masajea con su mano el puente de la nariz, con fuerza -No me lo esperaba... -admite en voz alta -Esto es lo que haremos... Te dejaré ir-

- Bien - me apresuro a contestar sorprendida

- Sé que piensas que es estúpido...-Admite y muerde sus labios- Pero no durarás dos días sin volver. Porque te encanta- dice entre carcajadas-Te encanta... la forma en que te trato y nadie más te tratará como yo. Somos una pareja genial, ¿Sabes? -Interroga divertido levantando una ceja, con una expresión burlesca en su rostro - Harley Quinn... y el Guasón-

- ¿Apostamos?-

- Dudo que quieras apostar algo interesante, así que paso cariño-dice agachando la cabeza y levantando la mirada

Camina hacia mí con pasos firmes.
Saca el cigarrillo de su boca y expulsa todo el humo en mi cara, besa mi frente y muerde mi cuello.

Me siento ida por un momento

Emana una seguridad, que no había visto antes.

Te hace sentir que es una deidad

Definitivamente es alguien digno de admirar

- Déjame llevarte a la entrada-

Puso el pasamontañas en mi cabeza con cuidado y sentí un piquete en mi cuello.

- Buenas noches... Mel~-

(...)

Suena Sick boy

Acabo de despertar, en mi cama, mi casa

Me incorporo tan rápido como puedo y corro al baño.

Recojo mi cabello y miro mi cuello, un trozo de gasa cubre la herida que había dejado la aguja.

Me muerdo los labios mientras recorro la tela con mis dedos recordando su perversa sonrisa.

Debería cambiarlo, la herida no parece haber sido desinfectada, está de un color magenta que no parece estar nada bien.

Tiro suavemente del trozo de cinta, y tan pronto como siento que empieza a doler, lo arranco de un tirón.

Un líquido blanquecino burbujeante brota del pequeño punto en el centro de la herida.

Me miro en el espejo, y por un momento me siento otra persona

Mi cabello parece más oscuro, se ve de un tono azabache y mis ojos están rojos.

¿Cuánto llevo dormida?

Abro el botiquín del baño y me desinfecto con agua oxigenada.

Bajo las escaleras y voy a la cocina.

Me preparo una taza de té con miel para relajarme y pensar en todo lo que pasó esa noche.

En el hombre que se escondía tras aquella máscara, en la oscuridad del tétrico salón abandonado.

Me siento en el sillón y revuelvo el té pensativa. Pero rápidamente me levanto y voy a la sala, para abrir el cajón debajo de la mesa de café donde guardo una caja negra.

Saco el cuchillo que está dentro y lo admiro.

Muchas veces estuve tentada a usarlo...

En mí, claro

No quiero morir, pero me llama la atención...

¿Cómo se sentirá cortar mi piel?