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Los días pasan, se va desvaneciendo el olor de tu pelo que quedó impregnada en mi almohada. Tus cabellos entre las sábanas se han ido perdiendo con las monotonía de los lunes. Repaso las fotos una y otra vez en mi mente, porque la verdad es lo único que va quedando de ti… Los recuerdos… Las fotos se han ido descoloriendo, convirtiéndose en simple cartón. Las cartas las atesoro, sin embargo, una sobre otra, se vuelven retazos de papel.

Y que días aquellos en los que yo era fuente de tu inspiración, un hombre simple en llana palabra que no podía entender como había logrado convertirme en el infinito de tus ojos… Pero al carajo, tú también eras el mío, pero eso es, historia de otro escrito.

Así sin más, me levanto, me coloco la chaqueta y encuentro una de tus horquillas que tanto odiabas, sin querer recuerdo y vuelvo de reojo a observar si sigue aquella goma de aquel cartel, que en un día de ira, terminó siendo picadillo - Y sonrió amargamente -. Bajo las escaleras de tanto en tanto, como fugaz y apreciado recuerdo, siento tu olor una vez más en mi mente - Gloriosa memoria olfativa -. Logre sentir una vez mas que estabas conmigo, así sea un instante melancólico, porque estoy seguro de que a ti no te pasa lo mismo…

Y me voy haciendo a la idea de que podre vivir con esos instantes furtivos de tu y yo, instantes de un minuto que rememoran vida, instantes de seis años en un minuto... Instantes, instantes… Instantes de ti.

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⏰ Última actualización: Jan 02, 2020 ⏰

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