Y allí, después de esas palabras, no aguanté más y rompí a llorar.
¡Esto no puede pasarme a mí!.Continuará...❤
No sabía exactamente que era, pero sabía que no podía ser nada bueno si me sentía así, su mirada era extraña, me removía cosas en mi cuerpo y me hace sentir... no sé exactamente cómo describirlo, pero se siente como cuando comes algo que te gusta mucho, pero te da dolor de panza, y te erizas y sientes que te ahogas, y después vomitas. Algo así siento cuando sus ojos azules se clavan en mi. Y es extraño, jamás nadie ha escrito que sentimiento se siente de esa manera.
-Tal vez es que me afecta su situación- pensé- y por eso, estoy metiéndome de lleno en su sentir. Por... por eso estoy así- Reí- esa empatía mía, cada vez está mas "empática".Cuando terminé de llorar, puesto que entré en una crisis nerviosa, Jean sólo se levantó y me estiró su mano para ayudarme a levantar. La tomé, y allí estaba de nuevo ese corrientazo, ¿es que acaso ella no lo sentía? Ella miró su celular, no sé para qué o por qué.
-Ya está tarde, debemos llegar cuánto antes para que no noten tu ausencia.- Dijo algo seria, lejana.
-Ok- fue lo único que pude formular.Al llegar a su auto, me abrió la puerta, gesto que agradecí y luego pasó a su lugar. El camino fue silencioso, ella iba concentrada conduciendo y yo... iba mirando el paisaje, cuando por fin llegamos, yo iba a bajarme, pero su mano en mi brazo lo impidió.
-Therese, disculpame, no quise ser grosera ni nada de eso, simplemente... estaba algo metida en mis pensamientos. Quiero agradecerte por haberme acompañado a estas horas sabiendo los riesgos y también darte las gracias por haber apaciguado la tormenta que tenía en mi interior. Fuiste la paz que necesitaba y no me arrepiento de haber venido a tí. En serio, muchas gracias.
No supe que decir, sus palabras sonaban realmente sinceras y sus ojos estaban fijos en mi rostro. Según Mirla, cuando una persona te dice la verdad, te mira fijo a los ojos, te habla serio y sus pupilas se expanden. Y Jean presentaba todo eso. Era honesta.
-No... no tienes nada que agradecerme Jean, yo también necesitaba salir y me hace feliz que te sientas mejor. Ya sabes, que cada que necesites un consejo, aunque tal vez no sean los más sabios, aquí estoy.- Ella sonrió de lado, su mirada aún se veía triste, pero un poco más en calma.
-Mañana vendré a verte ¿puedes salir?
-Sí, yo... la madre superiora ya me dió permiso de salir a donde quiera, aunque dice que el mundo es muy cruel para una "niña" como yo. -Fruncí el ceño, ya no era una niña, ya tenía la edad suficiente para tomar mis propias decisiones, o al menos algunas, sin enfadar a Dios, ni a la madre superiora.
-No te enojes, Therese. Lo que dice la madre superiora es verdad, la gente de este mundo está dañada y así mismo quiere dañar a otra, ella... sólo está tratando de que tu noble y hermoso corazón no se lastime y la entiendo, eres un alma que este mundo destruiría, porque no soportan ver tanto brillo, inocencia y amor en una sola persona. Te destruirían sin compasión y creeme, después de experimentar ese dolor cambias. Cambias y no para bien exactamente. Pero... eso ya no importa- trató de relajarse, tal vez recordó algo- Mañana vengo por tí, ¿Sí?.
-Yo... creo que sí, hablaré con la hermana Mirla y, si quieres, te la presento, ella... es como mi mejor amiga, como mi madre, es esa figura que nunca tuve de mi verdadera madre. Te caerá muy bien.
-Está bien, como quieras Therese. ¿A qué hora puedo pasar por tí?- preguntó con sus mares azules clavados en mis ojos.
-No... no sé, a las 3:00 pm ¿está bien?.
-Entonces a eso de las... 2:30 pm estaré saliendo de trabajar.
-Y, no voy con esto- señalé mi vestido- debo salir con mi hábito. Es una norma que no debo...
-No hay problema- me interrumpió- con ese vestido o con tu hábito, sigues siendo la misma Therese, ¿no es así?.
-Sí- sonreí, me intimidó un poco, me hizo sentir vergüenza-.
-Bueno, eso es lo que me importa. Buenas madrugadas Therese. Sueña lindo.
-Buenas noches Jean, Dios te bendiga y te acompañe camino a casa.Me despedí de ella y bajé de su camioneta, sin embargo esta no se movía, volteé a ver qué pasaba.
-No me voy a ir de aquí, hasta ver que ya estás sana y salva en tu habitación. Sube por favor.- me dijo Jean.
Así que hice caso, subí las escaleras, y entré por mi ventana. Me despedí de Jean con la mano, haciéndole ver que estaba bien, sonrió de lado y arrancó la camioneta a toda velocidad, las llantas rechinaron en las piedras chinas de la entrada, hasta que ya no alcancé a divisarla.
Me quité el vestido que llevaba puesto, até mi cabello en una cola y me puse nuevamente la pijama. Eran las 4:45 am, divisé en el reloj de la mesa y yo no sentía ni una gota de sueño, la madrugada de hoy fue extraña, el día fue extraño en sí, ella... ella llegó a mi vida hace unas horas y todo se ha tornado extraño. ¿Qué pasa conmigo?. Miles de preguntas me invaden y quiero dejar de pensar, cierro los ojos, por un momento dejé que el sueño me invadiera ¿Quién eres Jean?.
Me movían, sentía mi cuerpo moverse, pero mis ojos no respondían, no obedecían, debían abirse pero la pereza que me invadió era muy grande.
-Therese...- escuchaba a lo lejos.- Vamos Therese, despierta.-Espera un momento, ¿estoy dormida? Eso parece.
Perezosamente empecé a abrir mis ojos, la imagen frente a mí estaba borrosa, mientras que poco a poco iba enfocando mi vista fuí distinguiendo la cara de Mirla.-¿Mirla? ¿Qué pasa? - bostecé, el cansancio que sentía en mi cuerpo jamás lo había experimentado, me sentía sin energía y con mucho sueño, tanto como para dormir todo el día
-Está tardísimo, no bajaste a desayunar y la madre superiora me envió a buscarte, son las 11:30 am ya, pensé que incluso estabas enferma ¿te sientes mal pequeña mía?- Mirla posó su mano en mi frente, por mis mejillas y cuello.
-Estoy bien, sólo estoy cansada y no sé el por qué, pero ya voy a levantarme, me daré una ducha y bajo.
-Está bien pequeña, ¡no te demores! Iré abajo con las demás - Mirla casi se iba cuando recordé lo que Jean me había dicho...
-Oye Mirla, hoy... hoy voy a salir con... - Y allí se me formó el interrogante más grande de mi corta vida ¿qué es Jean mío? ¿amiga? ¿conocida? ¿solo una persona que necesita consejos?...
-¿Con quién vas a salir Therese? Y ¿Por qué callaste de esa manera? ¿pasa algo?- su ceño se frunció de preocupación y lo último que quería era que ella se preocupara por mí.
-Con una amiga, que hice en la iglesia y... bueno ella está pasando un mal momento y necesita a veces consejos y hablar con alguien y al parecer confía en mí, y... bueno también quiero que la conozcas, es la primera amiga que tengo fuera del convento y eso me emociona un poco- Sonreí para tratar de calmar ese ceño cada vez más fruncido y la cara de preocupación de Mirla.
-Therese, bueno yo...-Respiró- Está bien, la conoceré e irás con ella, sólo...por favor cuídate. Sabes que te quiero como mi hija y que ya estés conociendo el mundo me preocupa; sin embargo confío mucho en ti, ratona.-Su ceño volvía a la normalidad mientras una sonrisa se iba dibujando en su boca.
-Yo también te quiero como mi madre, es por eso que quiero que la conozcas, y sepas con quién voy a salir... gracias por todo. De verdad, te quiero mucho.
-Yo igual ratona. ahora ¡A bañarte! Debes estar lista en 20 min, ¡ah! y por cierto ¿A qué hora vas a salir?.
-A las 3:00 pm pasa ella por mí.
-Okay estaré lista para verle. Ahora si anda a bañarte Therese, por favor. Nos vemos ahorita.Mirla salió de mi cuarto y yo cargo en mi pecho una emoción jamás experimentada con tal intensidad, siento mi corazón cual tambor, y mi sonrisa no quiere quitarse ¡Por primer vez voy a salir a plena luz del día a la calle, sola y con una amiga! Este día pinta ser muy bueno.
Me duché, me puse todo el hábito, peiné mis cejas y mire mi cara, ¡Todo en órden! Tomé el anillo de oro que siempre cargaba, la biblia y el escapulario/rosario y emprendí mi camino hacia el comedor.
Al llegar la madre superiora me quedó viendo, que hasta incómoda me sentí...
-Therese, por favor cuando termines de comer, ve a mi despacho.
Asentí con mi cuerpo paniqueado completamente, cuando ella cita en su despacho no es para nada bueno, y creo que me va a regañar, tal vez me vio esta madrugada cuando salí con Jean, y no quiero ni pensar lo que me dirá, mis nervios se pusieron a flor de piel, y de verdad no quiero perder el privilegio de poder salir a la calle...terminé de almorzar como pude, puse todo en su lugar, y antes de empender rumbo al despacho tomé una bocanada de aire profunda, y me llené de valor.
¡Allá voy!.----------------------
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Así como Dios te amó (Chicaxchica)
RomanceEsta es la historia de Therese Y Jean, dos mujeres con mundos totalmente distintos. Therese, (Roonie Mara) por un lado, es una chica abandonada por su madre y criada por monjas, al crecer Therese crece siendo servidora de la religión, inocente y mu...