El sol se estaba ocultando, y el bosque Roothill se veía hermoso desde la única ventana que tenía el bar The Chariot, aunque con la ventaja de ser el único bar que aceptaba monedas de diferentes reinos.
Helmod Vandacia se hallaba aun en aquel lugar, él no sabía porque seguía en Armathain sabiendo que apenas lo reconocieran sería ejecutado inmediatamente, pero él no tenía miedo de eso, sabia de lo que era capaz, sabía que podría acabar con un ejército entero si se lo propusiera, o al menos en eso pensaba hasta que alguien lo saco de sus pensamientos.
— ¿Vas a beber algo más? —Preguntó el tabernero—. También puedes alquilar una habitación.
—No gracias, así está bien —respondió Helmod—. No creo que me quede otra noche señor.
—Tranquilo, es lo más que puedo hacer por Helmod Vandacia —dijo el tabernero —. Ahora vete antes de que los guardias lleguen, tenemos un caballo en la puerta de atrás.
A penas escucho eso, Helmod hecho a correr hacia la puerta trasera del bar, pero lo único que encontró fueron varios soldados Armathanios, este no lo pensó y se lanzó hacia uno de ellos, derribándolo y quitándole la espada, los demás ya estaban rodeándolo
—Tienen 5 segundos para correr si es que no quieren morir —susurro Helmod, porque a pesar de ocultarlo, le encantaba meterse en problemas.
—Príncipe Helmod, queda arrestado por resistirse al entrenamiento de combate, no se te ejecutará pero será obligado a servir a la armada real —dijo un soldado, con una sonrisa, sabía que Helmod no se llevaba bien con su hermano y no le agradaría servirle a él.
—Prefiero morir antes de ser el guardia de mi hermano —Alcanzo a decir antes de ser golpeado en la cabeza, quedando inconsciente.
Cuando despertó, se vio en un calabozo, encadenado y con un dolor horrible de cabeza, arrepintiéndose de esa última cerveza, hasta que recordó que los soldados de su hermano lo habían secuestrado. Empezó a dar vueltas en el calabozo sin saber que hacer hasta que por fin fueron a buscarlo, le pasaron su armadura y su Frostkiller, regalo de Godrar el Dragón creador.
Cuando se dirigió donde su escuadrón, alcanzo a ver como uno de los reclutas nuevos empezaba a insultar a Ealard Vandacia, su hermano menor.
No tardo ni diez segundos en degollar al recluta con su Frostkiller, dejando un corte limpio y cubierto en hielo, en su cabeza le daba gracias al dragón por la espada, pero los guardias lo empujaron, reteniéndolo en el suelo.
— ¿Acaso no puedes pasar un día sin asesinar a uno de nuestros nuevos reclutas? —Preguntó el guardia —Me importa una mierda que haya estado insultando a tu hermano, pero deja que se defienda solo.
—Era él o uno de tus guardias, ¿qué preferías? —dijo Helmod levantándose y dirigiéndose al campo de entrenamiento, el cual quedaba al otro lado del castillo, y lamentablemente para el, su espada solo dejaba un pequeño rastro de hielo, pero cuando enojaba, llegaba a congelar el castillo donde se entrenaba —. Probablemente funcione con mi ira.
No fue hasta que choco con la puerta que se dio cuenta que llego al campo de entrenamiento, aunque estaba vacío sabía que en unos minutos más llegarían todos sus compañeros de la armada real, los cuales pasaban los minutos y nada.
Eligió un muñeco de entrenamiento, el más parecido a su hermano y con su frostkiller empezó a atacarlo, cortando y juntando las heridas con hielo, comprobando su teoría y terminando por cortarle la cabeza al muñeco, pero fue en ese momento en el que recordó que no había entrenamiento ese día.
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winterwind war
Fantasíael Imperio Armathain y el Imperio Rayford han pasado cientos de años en paz, pero el descubrimiento de recursos genera un conflicto a gran escala en toda la region de Cliffbay