CANCIÓN (song)

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El pardillo en las cañadas rocosas,

La alondra del páramo en el aire,

La abeja entre las campanas del brezo

Eso ocultas mi bella dama:

Los ciervos salvajes pacen por encima de su pecho;

Las aves silvestres levantan su cría;

Y ellos, sus sonrisas de amor ensoñadora,

¡Han dejado su soledad!

Pienso, que cuando la pared oscura de la tumba

Lo primero que conservan es su forma,

Pensaban que sus corazones nunca podrían recordar

La luz de la alegría de nuevo.

Pensaron que la marea de dolor fluiría

Sin comprobarlo a través del porvenir de los años;

Pero ¿dónde está toda su angustia ahora,

Y dónde están todas sus lágrimas?

Bien, vamos a luchar por respirar del honor,

O a proseguir a la sombra del placer -

El morador de la tierra de la muerte

Se cambió y se descuido demasiado.

Y, si sus ojos deben mirar y llorar

Hasta que la fuente del dolor se seque,

Ella no lo haría, en su sueño tranquilo,

¡Regresará de un solo suspiro!

Sopla, viento del oeste, por el montículo solitario,

Y susurra, por los riachuelos del verano -

No hay necesidad de otro sonido

Para calmar los sueños de mi señora.

EMILY BRONTË

POEMAS DE: EMILY BRONTËDonde viven las historias. Descúbrelo ahora