I. La noche triste en Brescia.

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Tan frío ese 13 de enero, todo el reino lamentándose por la muerte del monarca Frederic Calvert II.

Louisa Calvert a punto de volverse loca, pues el amor de su vida había muerto, y las cuatro hermanas lloriqueaban tan fuerte desconsoladas; el pueblo afirma que esa noche los lamentos de las mujeres Calvert se escucharon en toda Brescia.

Como era de esperarse todo el reino estaba de luto, las calles estaban solas, no se abrieron tiendas, y ni los gatos salían a buscar comida; la tristeza estaba por todo el reino, pues el rey Calvert II había sido el mejor en toda la historia de Brescia.

El pueblo se preguntaba ¿Ahora quién nos va a gobernar? ¿será que la reina Louisa se quedará con el trono? ¿o la hermosa primer hija pelirroja de los Calvert tendrá que buscar marido para poder gobernar?, pero por ahora esas preguntas a las mujeres Calvert les importaban de lo más mínimo, lo que realmente les importaba era ¿Quién había tenido el descaro de matar al rey? y ¿Cuáles fueron los motivos?

Una semana después de lo sucedido, llegaron al reino cuatro cartas. Cuando Louisa Calvert se percató que esas cuatro cartas eran de diferentes bancos de Italia, lo cual suponía que su marido le había dejado algo de dinero o demasiado dinero a sus cuatro hijas.


Querida señora Louisa Natallie Merced de Calvert:

Soy el gerente del Banco Central de Roma, Italia y lamento de todo corazón su perdida. Aunque realmente el motivo de esta carta es para informarle que su esposo Frederic Estefano Calvert II tiene una deuda en nuestro banco de diez y siete millones de euros. Le hacemos saber a usted principalmente porque el señor Calvert II puso este préstamo a su nombre.

Así mismo quiero informarle que tiene siete meses para pagar, sino me veré obligado a embargar su casa en Rusia. Espero que muy pronto pueda solventar este gasto.

Atentamente: Daniel Winslet, gerente del banco central de Roma.

Al leer el contenido de dicha carta y de todas las demás, la reina tiró al piso su taza de té, llamando la atención de sus cuatro hermosas hijas y de la mucama. Estaba inaudita de tal cantidad que ahora ella debía a cuatro bancos diferentes del país.

Las hermanas Calvert.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora