Prometelo.

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Capítulo Cinco.

Seguí viendo hacia la ventana mientras Harry se
vestía, en realidad no me interesaba verlo vestirse.

-Listo.- dijo colocándose un gorro. -Solo...tienes que prometerme algo.- dijo caminando hacía mi.

-¿Sí?- preguntó ya frente a mi.

-Depende.- dije seria, intentando alejar mi mirada de la suya.

-Que no vas a correr, a decirle a alguien que pagué por ti.

no contesté.

-_____.- dijo tomando mi rostro entre sus manos.-
Prometelo.

-¿Por qué tendría que hacerlo?- dije quitando
sus manos de mi rostro.

-Porque... si no lo haces, no iremos, y ese vestido será toda la ropa que tendrás.- dijo riendo.

Lo analicé un momento, tenía que aceptar.

-Esta bien.- dije después de un suspiro.

-Así me gusta.- dijo revolviendo ligeramente mi cabello, yo solo me alejé e intenté arreglarlo, él volvió a reír, su risa era contagiosa.

Salimos de la casa, y Harry me tomó del brazo para evitar que intentara escapar, igual que la última vez.

Subimos al auto, y este arrancó.

Llevábamos 15 minutos aproximadamente, y no estábamos cerca de ningún centro comercial.

-¿En.. dónde estamos?- pregunté viendo por la
ventana.

-Casi saliendo de Los Ángeles.- dijo sin despegar la vista del camino.

-¿Los Ángeles?- pregunté anonada. -Yo soy...de (Tu país.)

-Vaya.. si que te trajeron lejos, ¿eh?- dijo riendo.

¿No podía decir nada sin reír?

Seguimos andando otros 10 minutos, nadie dijo
nada, solo me volteaba a ver por el rabillo del
ojo, y sonreía, cosa que yo no hacia.

-Llegamos.- dijo aparcando el auto en el estacionamiento del centro comercial.

Bajó del auto, y lo rodeó para abrirme la puerta.

-Gracias..- dije bajando del auto, en cuánto bajé, Harry me tomó la mano.

-¿Qué haces?- dije confundida.

-No quiero que intentes escaparte.- dijo apretando ligeramente mi mano.

-No lo haré.- dije caminando hacia la entrada, con el tomando mi mano.

-No sé por que, no me convences.- dijo viendo
hacia mi raspón, rodeé los ojos, y el rió.

- Solo tomo tu mano, no te mueres.

Entramos al centro comercial, lleno de tiendas,
no sabía ni por dónde empezar, necesitaba de
todo.

-¿Qué te parece si empiezas ahí?- dijo señalando una tienda de ropa interior, pijamas, etc.

-Sucio.

-Yo solo decía... ¿o que no necesitas nada de ahí?.

No contesté.

-Anda, vamos.- dijo jalando
mi mano para caminar hacia esa tienda.

-Entraré sola. - dije frente a la tienda.

-No.. podrías decirle a alguna de las empleadas que llamen a seguridad y me lleven.

-No se me había ocurrido...- dije pensativa.

Él solo alzó una ceja.

-No entrarás sola, y punto.- Suspiré y entré a la tienda.

-De todas maneras, no es nada que no vaya a ver...- dijo en un susurro.

¡VENDIDA! |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora