21/02/1999
Su nombre es Leonardo, lo conocí en la secundaria mientras estaba por los salones buscando su clase correcta. No dude en ayudarlo, parecía estar muy confundido, no era nuevo, pero todos estábamos en nuevo ciclo escolar.
—¿Necesitas ayuda?—
Le pregunté
—Ah, sí. ¿Dónde esta la clase del profesor Smith?—
Me preguntó sin siquiera ver mi rostro, solo el papelito que tenia entre sus manos.
—Aula 19—
Le dije y él se fue sin antes decirme gracias.
No tengo amigas con quien estar, lamentablemente, a todas las chicas les doy asco porque saben que mis dos padres murieron, que fui abusada sexualmente y que estoy sola, literalmente.
Se llegó receso y fui por un café, ya que estaba haciendo frío dentro de la escuela, me senté en uno de las bancas que se encontraban ahí dentro, escuchando mi música con mi MP3 color blanco.
Solo sentí el peso de alguien sobre mi hombro, era él, aún no sabía su nombre.
—Hola—
Dijo.
—Hola—
Le respondí cabizbaja viendolo con mis ojos.
—Crees que no te iba a reconocer por no ver tu rostro—
rió.
—no—
respondí.
—ya te había visto antes—
comentó.
—yo igual a ti—
dije.
—siempre te veo sola, se ve que no eres como aquellas chicas—
comentó
—yo a ti siempre te veo con ellos—
señalé a el grupito de chavos con quien siempre se juntaba.
—ah, sí. Esa bola de inútiles no tienen nada que ver conmigo, soy muy diferente a ellos, solo que me acoplo a lo que hay—
dijo mientras se sentaba en la banca viéndome a mí.
—te retaron ¿cierto?—
le pregunté, aún cabizbaja.
—noup, créeme, lo hago por mi voluntad—
dijo viendome a los ojos.
Pude distinguirlo bien, sus ojos eran un color miel, sus pestañas eran largas y gruesas, al igual que se larga ceja despeinada y su cabello tosco que no tenía lado a cuál ir.
—dime cuál es tu nombre—
dije
—soy Leonardo, ¿y tú?—
preguntó
—Isa—
contesté
—tienes muy bonito nombre—
dijo sin sacar su mirada profunda de mis ojos, yo solo miraba para abajo.
—Gracias, tu igual—
intenté no ponerme chapeteada.
—¿Te gustaría ir hoy al skate conmigo?—
me preguntó.
—Claro—
dije y le sonreí.
—Tu sonrisa es muy bonita para ser sincero, me tengo que ir. Te veo saliendo de clase para ir a dónde acordamos—
Se fué y guiño su ojo.
La verdad no podía creer que me había hablado, que me había guiñado el ojo y que me había invitado al skate. Jamás pensé que alguien querría salir con una chica como yo.
Lamentablemente el no sabe lo que me sucedió y no se lo diré porque no me gustaría arruinarlo.
