Capítulo 1

7 2 0
                                    

Abril, 2014

Tendida sobre un campo de lavanda en las inmediaciones de la ciudad volvió a oír aquellas voces después de dos años de completa quietud en su cabeza.

《Hazlo》.

Abrió los ojos, atónita y un tanto cegada por los últimos rayos del sol, casi esperando ver al propietario de la hacienda a la cual se había colado al apoyarse sobre sus antebrazos, pese a saber con antelación que no vería a nadie. Una esperanza sin fundamento, casi anhelando, asimismo, que sólo se hubiese tratado de una confusión.

Suponer que su imaginación le jugaba una mala broma, al menos por un segundo, se trataba de algo arriesgado e incluso ilógico, siendo consciente de que entregarse con facilidad a su mente y gran parte de las cosas que veía u oía tenía cierto grado de peligrosidad; después de quince años viviendo atrapada en su propio cuerpo y dos de aparente descanso, en el fondo siempre supo que regresarían.

Dicho de otra manera: nada podía irse del todo.

Nada, nunca.

La última vez que tuvo algún tipo de interacción con cualquiera de esos tres cometió la estupidez que le costó la libertad, así como el último rastro de la más mínima causa de felicidad en su vida. Así fue, la habían abandonado durante la peor crisis que hasta el momento había tenido —cosa que, asimismo, había sido provocada por ellos—, y sin importar eso le entusiasmó un poco tenerlos de vuelta. Era el fin anunciado de un silencio inquietante. El disgusto que sentía, sin embargo, destacó por encima de las otras emociones latentes junto a un profundo miedo. Estaba tan aterrada que las lágrimas empezaron a bajar por su rostro sin previo consentimiento, tan cabreada que en cierto punto lanzar un bramido fue inevitable.

Y una pésima idea.

De pronto, salió del trance y oyó un ladrido más cercano de lo que temía y a continuación aquel susurro, una vez más.

《Hazlo》.

Se puso en pie y corrió.

¿De todas las voces que podía oír, por qué aquella debía ser la que le diera el primer saludo? Espantosa y distorsionada. Dolorosa. Sabía que por más que huyera el sonido no desaparecería, pero no quería estar más tiempo allí. Además de que parecía haber sido descubierta ya no era un lugar seguro de y para sí misma. Y esa idea también resultaba insoportable de digerir.

Saltó la alambrada sin detenerse a echar un vistazo sobre su espalda, y en cuanto estuvo montada sobre la vieja bicicleta de Carol pedaleó como si la vida se le fuese en ello. Se sentía así y no era sencillo de llevar. No podría afirmar si en realidad la habían visto pero regresar había dejado de ser una opción; después de todo, en medio de esa calma, habían encontrado el camino de vuelta a ella.

Adiós, hasta nunca.

Observó las filas de flores una última vez desde la distancia.

No recordaba si se trataba de la flor o de su aroma en específico, pero alguna vez supo que la lavanda poseía un efecto relajante e incluso terapéutico sobre quien se rodeaba de ella, motivo por el que solía ser el ornamento favorito de su madre y la principal característica del que era su hogar. Si ahora era diferente no tenía forma de saberlo pero, ¿importaba? Todo en lo que podía apoyarse durante sus ataques de ansiedad era en sus recuerdos, así que prefería imaginar que nada había cambiado desde la última noche que pasó allí. Lejos de casa, continuaba evocando los contados momentos de verdadera felicidad que tuvo desde que llegó a esa ciudad. Quería regresar y eso para nadie era un secreto, pero siempre había algo que la retenía.

Volverás cuando estés bien, le había prometido mamá. Claramente aún no había nada de bien con ella.

Aquel campo violáceo había pasado a ser el destino predilecto para apartar toda la neblina de su cabeza y el ferviente deseo de encontrar el camino a su familia. Ese lugar, a diferencia de muchos otros, no le recordaba lo que había perdido sino lo que obtendría una vez aprendiera a lidiar consigo misma. Pero se había acabado. En menos de un segundo el muro invisible que la mantuvo a salvo en los últimos meses se había derrumbado y no tenía ninguna pista de hacia dónde debía ir.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 12, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Historia de Pesadillas - [La Misazia #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora