Medicina

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Los derechos de este One shot a el usuario teniente_ross de livejournal.
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Había muchas cosas que a Edward no le gustaban. La leche, en primerísima posición; ver a su hermanito pequeño llorar, las regañinas de mamá, que alguien hiciese comentarios poco apropiados sobre su más que satisfactoria estatura... y hacer daño a Winry, sobre todo cuando lo hacía sin querer -que era muy a menudo-. Aquella tarde había sido un inocente empujón mientras correteaban alrededor de unos matorrales. Estaban jugando al escondite con otros niños del pueblo, y le tocaba pagar a Edward. Buscando, buscando, encontró un revoltijo de cabello rubio y echó a correr detrás de ella como alma que lleva el diablo. Sin querer, se abalanzó sobre su amiga en todo su afán por pillar a alguien y ¡zas¡ cayó al suelo. Una brecha que empezaba a sangrar apareció en su rodilla derecha, mientras que su mano izquierda tenía un rasguño y la piel levantada.

Edward quiso hundirse en la tierra para no volver a salir de allí.

—¡Winry!—exclamó, arrodillado al lado de la niña—. Lo siento, lo siento... ¿te he hecho daño?

Pregunta estúpida. Eso fue lo que indicaron los ojos de Winry, con reproche.

—¡Eres un bruto, idiota! Ay, ay, ay... —la pequeña comenzó a soplar sobre la heridita en la rótula.

El rostro de Ed se contrajo. Sus labios se torcieron y adoptó la expresión de corderito degollado que utilizaba siempre que sabía que había hecho algo malo.

—Lo siento—volvió a repetir el niño, con tono apesadumbrado.

—¡Cómo escuece!—se quejó Winry, ignorando las disculpas de su amigo. Le propinó un pequeño golpecito en la frente y éste alzó el rostro—. No pasa nada, bobo; siempre haces lo mismo. Ay, ay —sopló de nuevo en la herida; un hilillo de sangre caía por la pierna de la niña—, necesito algo para taparlo. ¿Tienes un pañuelo?

Ed, desconcertado, se quedó quieto. Parecía que las palabras de Winry no habían cuajado en su cerebro, cuando de repente una lucecita se alumbró en la mente del chico. Con rapidez se deshizo de la camiseta que llevaba puesta (algo ensuciada después de retozarse en la hierba).

—Esto servirá, espero...

Algo torpe, y en parte debido al tamaño excesivamente grande de la prenda en comparación a la piernecita de Winry, acabó por hacer un torniquete alrededor de la rodilla lastimada. Winry observó ceñuda el trabajo de su amigo, pero dio por hecho que el niño lo había hecho con toda su buena intención y le dedicó una sonrisa. Las mejillas de Ed se encendieron muy, muy ligeramente.

—¿Te sigue doliendo?—preguntó, aún arrepentido.

—Todavía molesta un poco. Mejor vamos con la abuela.

Cuando Winry iba a levantarse, la mano de Ed la detuvo. Entonces vio esa mirada decisiva -y cabezota- que tenía Edward siempre que alguna idea cruzaba su cabeza.

El chico acababa de recordar algo que su madre solía hacer cuando él o Alphonse se hacían algún corte. Seguro que con Winry funciona también, pensó con optimismo.

—A lo mejor con esto se te quita el dolor—anunció, muy seguro de sí mismo.

Agachó la cabeza muy despacito. Los mechones de su flequillo rozaron la piel de su pierna magullada y, acto seguido, notó el suave beso que Ed acababa de depositar encima de la minúscula lesión. Fue un roce muy breve; pero su corazón empezó a latir tan deprisa que se olvidó del dolor de la rodilla, del arañazo en la mano y de que ese granuja la había tirado al suelo. Las mejillas le ardían.

Al final, la medicina de Ed sí que había servido.

Oneshots FMA y EdWinWhere stories live. Discover now